España afronta la sequía más larga en las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y Sur y las más intensa en las del Pirineo oriental y el Ebro de su historia, tras concluir el sexto año hidrológico –2022-2023– más seco de este siglo, que terminó con un 12 por ciento menos lluvias de lo normal, y el duodécimo más seco desde 1961, cuando comenzó la serie histórica, según ha confirmado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
En un encuentro informativo con medios de comunicación, el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, ha confirmado que el valor medio de las precipitaciones acumuladas a lo largo del año hidrológico (que comenzó el 1 de octubre de 2022 y terminó el reciente 30 de septiembre de 2023) se situó en 561 litros por metro cuadrado en la Península, que representan un 12 por ciento menos que lo normal en el periodo de referencia 1991-2020, que son 640 litros por metro cuadrado.
Este valor, según ha indicado, confiere al recién acabado año hidrológico un carácter «seco» y, si a la Península se suman los archipiélagos, la precipitación sobre el conjunto de España sería 555 litros por metro cuadrado, un 12 por ciento menos que el promedio del período de referencia 1991-2020, que son 634 litros por metro cuadrado.
Así, afirma que las cantidades acumuladas están por debajo de sus valores normales en la mayor parte de la Península y archipiélagos. De hecho, ha indicado que el déficit hídrico es superior al 25 por ciento en los cuadrantes noreste y suroeste peninsulares, en zonas más aisladas de Asturias, Cantabria o País Vasco y en la mayoría de las islas Canarias, principalmente en las más orientales, salvo en La Palma y en la mitad sur de Tenerife.
Por el contrario, el volumen de precipitaciones supera los valores normales entre 1991-2020 en Galicia, la mitad oeste de Castilla y León junto con Soria, en La Rioja y mitad sur de Navarra, en las provincias de Madrid y Toledo y en la mitad oeste de Cuenca, en la mitad norte de Extremadura, de manera más dispersa en el Levante, desde Almería hasta el valle del Ebro, en las islas de Mallorca y Menorca y en la mitad sur de la isla de Tenerife.
Los datos ubican a España en situación de sequía meteorológica de larga duración, desde su inicio en 2022. Del Campo destaca la situación de las cuencas del Pirineo oriental, sobre todo Cataluña, y la del Ebro, es decir todo el tercio noreste peninsular, donde esta es la sequía más intensa, aunque «todas» las cuencas de acumulación de precipitación están en sequía.
Por su parte, las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y Sur sufren en la sequía meteorológica más duradera desde, al menos 1961, y apunta que en estas tres cuencas la sequía se inició en la primavera de 2016, hace más de siete años.
«No es la sequía más intensa, pero sí la más larga de toda la serie histórica, que comenzó en 1961 y supera ya en duración a las de los años 80 y 90», ha comentado Del Campo, que explica que desde hace siete años no se ha logrado salir de esa situación en la zona.
El portavoz ha comparado la actual con las sequías de los años ’80, ’90, de los 2000 y las de los últimos años y concluye que la presente «no es tan larga como las de los principios de este siglo o las grandes sequías de finales del siglo XX, pero bueno, es una sequía que ya va alcanzando cierta intensidad».
Aunque la predicción meteorológica apunta a que los próximos meses, hasta febrero, podrían ser más lluviosos de lo normal, Del Campo no cree que por mucho que llueva pueda atajarse en esta época la sequía.
Así, precisa que para terminar con la sequía meteorológica de larga duración entre este otoño e invierno tendrían que darse dos estaciones «muy, muy lluviosas», de los más lluviosas de la serie histórica.
En concreto, estima que si en los dos últimos años han caído en torno a 230 litros por metro cuadrado para el conjunto de España de lo que tendría que haber llovido, para que este otoño e invierno vuelvan los valores normales, tendría que llover, al menos 230 litros por metro cuadrado de más. «Y eso desde 1961 sólo ha pasado una vez, en 1965», rememora.