La OTAN ha enviado a España hace apenas unos días a un grupo de representantes -militares y civiles- para conocer de primera mano cuáles son los planes de inversión en capacidades de Defensa que tiene sobre la mesa realmente el Gobierno de Pedro Sánchez, ahora que ha anunciado un futurible aumento del gasto militar cuyas cifras no encajan con la autoría interna de la Alianza. Los representantes de la OTAN se han reunido en Madrid con altos mandos de los tres Ejércitos y del Estado Mayor Conjunto.
La cita se ha desarrollado durante los días 17 y 18 de marzo en la sede del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden), en Madrid. Hasta la capital de España se han trasladado miembros del Estado Mayor Militar Internacional, incluidos altos mandos y personal civil de la OTAN, para mantener una serie de encuentros de trabajo con miembros de la cúpula de las Fuerzas Armadas españolas. Entre ellos, como puede verse en la foto de familia que se hicieron frente a la sede del Ceseden, hay oficiales estadounidenses, alemanes, franceses e italianos.
El objetivo de esta reunión bilateral con los representantes de la Alianza no es otro que conocer, al por menor, los detalles de los planes y políticas de Defensa actuales del Gobierno de España y los previstos para un futuro a corto y medio plazo.
En esos dos días de encuentros de trabajo con altos mandos del Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada Española (que acaba de perder su apellido) se han analizado «las capacidades militares y los recursos humanos y financieros nacionales que aporta España a la defensa colectiva aliada».
La OTAN, preocupada
La OTAN ha manifestado que le preocupa que España se descuelgue del resto de los socios en años venideros si no se implementa un plan para modernizar algunas áreas de las Fuerzas Armadas. Incluso a pesar de la promesa lanzada por Pedro Sánchez de que España aumentará su gasto militar hasta el umbral del 2% del Producto Interior Bruto (PIB).
De hecho, España ya es el socio que menos porcentaje de su PIB dedica a gasto militar. Exceptuando a Luxemburgo, con una población similar a la ciudad de Zaragoza y sin ejército propiamente dicho.
No se fían de Sánchez
Desde hace semanas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, busca recuperar el crédito perdido por España ante la OTAN tras años siendo el país que menos dedica a gasto militar. Pero su anuncio la pasada semana de que el Ejecutivo aumentará la inversión en Defensa empezó con mal pie: según Sánchez, España ya dedica un 1,4% del PIB a estas materias, mientras en la auditoría interna de la Alianza Atlántica figura tan sólo un 1,02%.
Ese desfase, que a priori puede resultar prácticamente insignificante en términos porcentuales, no lo es en dinero real: la diferencia supera los 4.500 millones de euros.
Moncloa asegura que España está dedicando, en este momento, un 1,4% del PIB en gasto de Defensa. De ahí hasta el objetivo planteado del 2%, al que se negó a poner horizonte temporal, hace falta un 0,6%. Sin embargo, las cuentas internas de la OTAN son menos optimistas que Sánchez y apuntan a ese 1,02%. Sobre un total de 1.202.994 millones de euros del Producto Interior Bruto de España en 2021, supone unos 12.270 millones de euros. Una cifra muy ajustada a los 10.152 millones consignados este año al Ministerio de Defensa, ya que la OTAN incluye como gastos en defensa algunas partidas que en España no figuran necesariamente en las cuentas del departamento de Margarita Robles.
Sánchez ha asumido que a España no le queda alternativa: debe aumentar su gasto militar para acercarlo al 2% del PIB. El Gobierno ha tomado la decisión empujado por la invasión rusa de Ucrania y después de cuatro años ignorando sistemáticamente las advertencias que le llegaban desde el seno de la Alianza.
Fuente: OverK