Considera que el fallo no está dando una radiografía de ahora sino de «algo que ocurrió hace unos años y la posición ha cambiado»
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se ha referido a la condena al Ayuntamiento por la inactividad frente a las reclamaciones de varios vecinos por los problemas de ruidos generados por los locales de ocio nocturno en el centro y ha dicho que toda sentencia «tiene que ser estudiada, leída, contemplada, etcétera, y ver de qué manera podemos hacer las cosas aún mejor».
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) con sede en Málaga ha ratificado la condena al Ayuntamiento de la capital malagueña por la inactividad frente a las reclamaciones de varios vecinos por los problemas de ruidos generados por los locales de ocio nocturno en la zona de la plaza Mitjana, en el centro de la capital.
De la Torre, tras ser cuestionado por los periodistas, ha incidido en que los hechos ocurrieron «hace ya algún tiempo», reiterado que si se va ahora a la plaza Mitjana «la situación es muy diferente». Es más, ha agregado que las multas que se estaban poniendo desde el punto de vista municipal a los establecimientos que creaban esa situación de ruido ambiental en momentos de ocio han motivado que estos se marcharan.
«Entiendo que ha habido una acción de cambio», ha insistido De la Torre, que ha agregado que en «la calle más cercana, Luis de Velázquez, que tenemos también obligación de controlar, acabo de comprobar con el director general de Medio Ambiente que ha habido un descenso de cinco decibelios». «Alguien puede decir que es poco, pero él me aclara que tres decibelios de subida, simplemente, es duplicar el ruido; la escala no es, digamos, proporcional a los números, tiene un ritmo diferente en cuanto a su medición, a su crecimiento», ha aclarado.
No obstante, ha insistido en que «es un tema complejo, que nos obliga a todos a seguir trabajando en una línea de hacer compatible las actividades que podemos llamar de ocio con el descanso de los vecinos. Eso lo tengo clarísimo, que hay que ir en esa línea».
Por otro lado, ha señalado en relación con el ruido que «las dificultades están en el espacio de la calle». En este sentido, ha puesto como ejemplo que una conversación de tres personas «en un tono normal, provoca ya los 55 decibelios como una cantidad ambientalmente normal, difícil de bajar». «Es verdad que el silencio tiene un gran valor y tenemos que defenderlo y habrá que ir en esa dirección», ha asegurado.
Se ha referido, de igual modo, a las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), «que se hicieron para ir en la línea de que el ocio no produjera efectos, no siguiera creciendo en zonas del centro y Teatinos» y que «algún efecto positivo produce, no cabe duda». «Ahora, habrá que ir avanzando más, pero la sentencia no está dando una radiografía de ahora, está hablando de algo que ocurrió hace unos años y la posición entiendo yo que ha cambiado ¿De qué manera y cómo? Iremos profundizando más».
De igual modo, De la Torre ha dicho que está abierto al diálogo con los vecinos y con la Asociación. «Abierto al diálogo siempre», ha sostenido el alcalde de Málaga, asegurando que «no sólo porque está la sentencia. Es una situación que en toda ciudad se da».
En este punto, ha recordado que en una reunión de Defensores del Pueblo de Comunidades Autónomas que hubo en Navarra hace unos años para hablar de temas de ruido en ocio, «Málaga era la única ciudad invitada, aparte de la propia en la que estaban, Pamplona, como señal de nuestra actuación proactiva en esta materia y para conocer la experiencia nuestra».
A su juicio, «es un indicador en términos positivos», por lo que ha valorado que es «una de las ciudades más activas en el control. La imagen de Málaga en ese ranking de ciudades que tratamos de controlar el ruido, de hacer compatible la convivencia de vivir con las actividades de una ciudad viva, que sea dinámica, con las dificultades que tiene, no está mal situada». Eso sí, ha asegurado que «tenemos que hacer esfuerzos y, de hecho, en educación se hace, esfuerzos en las propias escuelas, etcétera, para tratar de ir educando en la convivencia de hablar bajo».
«Hablar bajo es una práctica muy sana, que debemos hacer más», ha señalado el regidor, al tiempo que ha explicado que «cuando entramos en una dinámica de que hay mucho ruido ambiental elevamos el tono de voz para hacernos oír, entonces es un círculo vicioso, es algo negativo». Ha reconocido, no obstante, que pedir que se hable bajo «es complicado, pero si todos hablamos bajo es más fácil que nos entendamos».
También ha señalado que hay países «donde son capaces de estar tomando unas copas y hablar bajo». «No es incompatible», ha dicho, incidiendo en el avance con las zonas acústicamente saturadas y en que «es esencial» la educación.