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España y Marruecos avanzan en su nueva etapa en la relación sin dejar que Pegasus interfiera

Un mes después del viaje del deshielo a Rabat del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, España y Marruecos han comenzado ya a dar algunos pasos en la hoja de ruta acordada de cara a una nueva etapa en la relación que deje atrás la grave crisis diplomática y que hasta el momento la sombra del espionaje con Pegasus al presidente y la ministra de Defensa no ha conseguido enturbiar.

Aunque han sido numerosas las voces que han puesto en la diana a Marruecos como posible responsable del espionaje en mayo y junio de 2021 –en el punto álgido de la crisis bilateral– a Sánchez y Margarita Robles, el Gobierno se ha esforzado por no señalar al país vecino mientras que Rabat guarda silencio total al respecto.

Así, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha apostado por no hablar de «futuribles» mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha defendido que no se pueden hacer «conjeturas» sino que es necesario ceñirse a los hechos y esperar a que la investigación en curso brinde sus frutos.

Además, ha apuntado a que de lo único que tiene constancia el Gobierno es de que el espionaje fue obra de un «agente externo» lo cual no quiere decir que necesariamente se trate de otro país sino que también puede ser «otro tipo de entidad».

Mientras esto ocurre, los dos países han comenzado a recorrer ya la hoja de ruta trazada tras el encuentro entre Sánchez y Mohamed VI, que puso fin a la crisis que se visibilizó con la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y que en realidad tenía su razón de ser por la negativa de España a seguir los pasos de Estados Unidos, después de que Donald Trump reconociera en diciembre de 2020 la marroquinidad del Sáhara.

PRIMEROS RESULTADOS

El primer resultado tangible de esta nueva etapa «basada en los principios de transparencia, de diálogo permanente, de respeto mutuo y respeto e implementación de los compromisos y acuerdos suscritos por ambas partes» fue la reanudación del tráfico marítimo entre los dos países el 10 de abril.

Con ello se cumplía con el tercer punto de la declaración conjunta, el restablecimiento inmediato y gradual de todas las frecuencias entre los puertos españoles y los marroquíes, tras su suspensión con motivo de la pandemia desde marzo de 2020.

Asimismo, España y Marruecos también se comprometieron a iniciar los preparativos de la Operación Paso del Estrecho, igualmente cancelada en los dos últimos años bajo el argumento de la COVID-19, si bien el Gobierno marroquí ha permitido a sus ciudadanos su regreso en los dos últimos veranos vía puertos en Francia e Italia. Precisamente, Rabat fue escenario este mismo jueves de la primera reunión de coordinación.

Otro de los puntos clave de la declaración era el relativo a la inmigración. Marruecos ha utilizado la entrada de migrantes en España, tanto por vía marítima con destino a Canarias como por vía terrestre hacia Ceuta y Melilla, como herramienta de presión al Gobierno español en el último año.

En este sentido, ambos gobiernos se comprometieron a relanzar y reforzar la cooperación en este ámbito. También en este apartado ha habido avances, con la reanudación de los vuelos de repatriación de inmigrantes a Marruecos.

MÁS VUELOS DE REPATRIACIÓN

Además, Rabat ha aceptado que los vuelos se dirijan no solo a El Aaiún, como hasta ahora, sino también a Casablanca y Agadir lo cual permitirá incrementar considerablemente el volumen de devoluciones, puesto que con una única ciudad de destino era de unas 80 a la semana.

Desde el primer momento, el Gobierno ha insistido en que el acuerdo con Marruecos era bueno para España en general, pero sobre todo para Canarias, Ceuta y Melilla y también para Andalucía, las regiones que precisamente más afectadas se ven por la llegada de inmigrantes que tienen el territorio marroquí como punto de partida.

Los migrantes llegados por vía irregular a Canarias en el mes de abril se han reducido en un 78,1% con respecto a los llegados en el mes de enero, según las últimas cifras del Ministerio del Interior. El ministro de Exteriores ha sacado pecho de que en el último mes han caído en un 45%.

A esto se suma la reactivación este viernes, también en la capital marroquí, del Grupo Permanente sobre Migraciones creado en 2003 y que llevaba más de dos años y medio sin reunirse. La cita sirvió para que la delegación española transmitiera su apuesta por la migración regular y para poner en valor los programas existentes en este ámbito, así como para resaltar la importancia de la cooperación entre los dos países.

También es inminente, a tenor de lo señalado por el ministro de Exteriores, la reactivación del grupo de trabajo sobre la delimitación de las aguas territoriales, el cual lleva 15 años sin reunirse. El compromiso de España y Marruecos no es otro que «lograr avances concretos» en la fachada atlántica dentro del marco establecido por el Convenio de la ONU sobre el Derecho del Mar.

Ni el Gobierno ni Marruecos han aclarado si en la delimitación de sus aguas territoriales en esta zona –que incluyen las relativas a Canarias en el caso español– se incluyen las aguas del Sáhara Occidental, al que Rabat considera como parte de su territorio pese a que la ONU lo incluye en su lista de territorios por descolonizar.

LAS FRONTERAS DE CEUTA Y MELILLA SIGUEN CERRADAS

Pero quizá el punto más esperado de los acordados durante la visita de Sánchez y que más se está haciendo de rogar por ahora es el de la reapertura de las fronteras con Ceuta y Melilla, cerradas desde marzo de 2020 por la pandemia.

«La plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo», rezaba la declaración conjunta a este respecto.

Entonces, el propio Sánchez dijo que esto pasaba por la reapertura de la aduana que ya existía en Melilla y se cerró en 2018 y la apertura de una nueva en Ceuta. Asimismo, desde Moncloa insistieron en la necesidad de que la reapertura se hiciera de la forma más ordenada posible para evitar eventuales oleadas y apuntaron a que no necesariamente tenía que ser simultánea la apertura para personas y mercancías.

Así las cosas, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo el 30 de abril que la reapertura era «inminente» si bien horas más tarde se tomó la decisión de aplazar la medida, en acuerdo con Marruecos, hasta el 15 de mayo a la espera de «definir las condiciones de reapertura ordenada y progresiva de los puestos terrestres».

Ni Interior ni Exteriores han querido entrar en detalles sobre el motivo del retraso. No obstante, el titular de Exteriores, que ha apuntado a que se está «reflexionando en la mejor forma de hacerlo de manera gradual y ordenada», podría tener una buena ocasión de cerrar los flecos pendientes esta próxima semana.

Albares participará el miércoles en Marrakech en la reunión ministerial de la Coalición Internacional contra Estado Islámico, cita en la que estará su homólogo marroquí, Naser Burita, quien ejerce de anfitrión.

Ambos ministros tienen pendiente aún un encuentro bilateral ya que el previsto para el pasado 1 de abril se aplazó precipitadamente tras la llamada telefónica entre Sánchez y Mohamed VI en la que el monarca alauí invitó al presidente a Rabat la semana siguiente. Por el momento, en Exteriores no dan por cerrado el encuentro, a falta de coordinar agendas.

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