El consumo habitual de aceite de oliva en población sana podría reducir poco o nada la mortalidad prematura, según ha puesto de manifiesto la evidencia científica analizada en una nueva evaluación de Nutrimedia, un proyecto del Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra (OCC-UPF) y el Centro Cochrane Iberoamericano.
«Aunque hay evidencia de estudios observacionales que muestra que entre los adultos sanos que consumen habitualmente aceite de oliva hay una menor mortalidad prematura, estos resultados no se han confirmado en ensayos clínicos», se destaca en el trabajo.
De hecho, el único «gran ensayo clínico» en el que se aborda, aunque de forma indirecta, si el consumo de aceite de oliva alarga la vida es el estudio ‘PREDIMED’, publicado en 2018 y en el que se comprobó que la mortalidad cardiovascular de las personas que siguieron durante 4,8 años una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva era un poco menor o igual que la de quienes siguieron una dieta baja en grasas.
Este posible beneficio del consumo de aceite de oliva sobre la mortalidad también se ha constatado en estudios observacionales. Un estudio de 2022 con datos de más de 60.000 mujeres y 31.000 hombres estadounidenses, seguidos durante 28 años, ha mostrado que sustituir la margarina, la mantequilla, la mayonesa y las grasas lácteas por aceite de oliva se asocia con un menor riesgo de mortalidad.
Sin embargo, según el nuevo trabajo, la evidencia de los estudios observacionales no permite concluir que el consumo de aceite de oliva sea la causa de la reducción de mortalidad. En los ensayos clínicos, como es el caso de ‘PREDIMED’, se ha confirmado el beneficio cardiovascular de la dieta mediterránea, principalmente en la prevención de ictus, pero existe todavía incertidumbre sobre el beneficio del consumo de aceite de oliva en la mortalidad cardiovascular.
Como se destaca en el informe de Nutrimedia, la dieta es un conjunto de alimentos y en los estudios de nutrición es difícil tener un grupo control con un consumo nulo del alimento que se quiere estudiar. Por esta y otras limitaciones, no es sencillo atribuir a un alimento en particular, como es el caso del aceite de oliva, un beneficio para la salud.