La inflación sigue sin encontrar techo. El indicador adelantado del IPC se situó en julio en el 10,8%, seis décimas por encima de la registrada el mes pasado. Se trata del nivel más alto en casi cuatro décadas. En concreto, desde septiembre de 1984. Por su parte, la tasa de la inflación subyacente aumentó en seis décimas, hasta el 6,1%.
Según el INE, la subida de la tasa interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) se debe, principalmente, al incremento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad (la cual registró una bajada en julio de 2021). Asimismo, señala, “al comportamiento del vestido y calzado, cuyos precios bajan menos que el año pasado”. En sentido contrario, Estadística destaca el descenso de los precios de los carburantes.
La tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), por su parte, también aumenta seis décimas, hasta el 6,1%. De confirmarse, sería la más alta desde enero de 1993.
Respecto a la evolución de la tasa mensual, los precios de consumo registraron en julio una tasa del -0,2% respecto al mes anterior, según el indicador adelantado del IPC.