El sector agrícola soporta ya una asfixia para el agricultor y ganadero antes de haber comenzado su ciclo, que va a provocar que no comiencen y desaparezcan muchas explotaciones.
Durante estos días se da el pistoletazo de salida a un nuevo curso político. ASAJA Málaga recuerda cuáles son las necesidades del campo malagueño en el momento en que todas las instituciones se preparan para un importante 2023, año en que se celebrarán elecciones municipales.
“El campo malagueño es un sector estratégico para la economía provincial. Y como tal debe ser tomado como una de las prioridades de nuestros dirigentes, no sólo a nivel provincial, si no también a nivel regional y estatal”, ha asegurado el presidente de ASAJA Málaga, Baldomero Bellido.
La inminente sequía, la subida de los costes de producción, la incertidumbre de una nueva PAC con menos presupuesto, que no da solución a los problemas actuales que han acontecido y las constantes trabas burocráticas, suponen importantes obstáculos para un sector que, a pesar de ser de los más importantes, siempre se encuentra a la cola del interés de nuestros gobernantes.
En este sentido, la falta de infraestructuras hidráulicas que venimos denunciando desde hace años desde esta asociación agraria, se hace ahora más presente que nunca. Años presentando posibles soluciones y adelantándonos a la llegada real de la sequía, que han quedado en papel mojado. Pedimos a los dirigentes, tanto estatales como regionales, que tengan en cuenta al sector a la hora de planificar decisiones duraderas. Además, la situación se torna especialmente preocupante ante la exigencia de los socios del Gobierno Central de no crear nuevos embalses e incluso “acabar” con algunos “pantanos españoles”, lo que choca con el sentido común. Y es que los embalses son pilar básico de la infraestructura del regadío y consumo humano, que tienen una función principal en la regulación de los cauces. Es preocupante, teniendo en cuenta las constantes concesiones del partido mayoritario a sus minoritarios apoyos, que en este caso minarían totalmente la necesidad de contar con estas infraestructuras para garantizar la continuidad de los cauces, una vez que hemos visto la forma de recibir precipitaciones que estamos viviendo año a año. A ello hay que añadir la acuciante necesidad de contar con nuevos recursos como son las aguas regeneradas hasta una calidad óptima y el uso eficiente de desaladoras para aprovechar todos los ciclos del agua.
La subida de los costes de producción ha venido a agudizar el problema de un sector previamente castigado que ya venía arrastrando los graves problemas de una ineficaz Ley de la Cadena, que no ha dado solución a los sectores cuando han ido entrando en situación de crisis.
Por otro lado, la aplicación de la reforma laboral también está suponiendo un estigma para agricultores y ganaderos, cuyas particularidades no fueron tenidas en cuenta a la hora de ser elaborada. No es solo que no estemos de acuerdo, sino que es totalmente nefasta para la temporalidad a la que nos obligan los cambios estacionales, algo que en el Gobierno central parecen desconocer por más veces que se les intenta explicar.
En otro orden de cosas, y pasando al Gobierno regional, recordamos que desde el pasado mes de enero los jóvenes interesados en comenzar a introducirse en el mundo agrario, están esperando la resolución de sus solicitudes de primera instalación. Es fácil decir que se apoya a los jóvenes agricultores y ganaderos, pero es necesario hacerlo, o se convertirán en cómplices de la lenta agonía del sector.
Cuando aún nos encontramos en época de alto riesgo de incendios forestales, recordamos la importancia de invertir en prevención. Tanto en época de alto riesgo como, sobre todo, en época de riesgo menor, es necesario no bajar la guardia y aumentar los medios necesarios para evitarlos, fomentando la introducción de ganadería y llevando a cabo una política de mantenimiento de las superficies forestales evitando su abandono.
La reforma de la PAC está cada vez más viciada y alejada de sus orígenes, que era producir alimentos de calidad, cantidad y a un precio asumible para la población, queriendo tender a objetivos más verdes y favoreciendo a otros países que suplen nuestra falta de producción. Aún estamos a tiempo de que, ante la situación actual, se reconsidere esta postura. Por eso desde ASAJA no paramos en nuestro empeño en doblegar esta postura para que nuestros agricultores y ganaderos sigan viviendo de su actividad.
Por último, recordamos a todas las administraciones la importancia de apostar por la formación en una mano de obra cualificada, lo que repercutirá directamente en la mejora de la situación laboral de muchos trabajadores, y por tanto en la mejora de la cadena de producción.
En definitiva pedimos soluciones económicas, para dar garantía al comienzo del nuevo año agrícola y que eviten el parón en este sector, que nos llevaría a perder multitud de explotaciones agrícolas y sobre todo ganaderas, y afectarían tremendamente al empleo en las zonas de interior agrícola.