Podemos e IU abordan la opción de no tener que utilizar la marca ‘Unidas Podemos’, que se gestó para las elecciones generales a partir de 2016, en las candidaturas conjuntas que acuerden de cara a los futuros comicios autonómicos de 2023, y que tampoco ha sido la tónica dominante en las coaliciones de las anteriores elecciones locales.
Las dos principales fuerzas del espacio confederal ya mantuvieron un encuentro en junio para hablar sobre todo el próximo ciclo electoral para 2023 y del respaldo al ‘proceso de escucha’ de Sumar, iniciado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
En dicho encuentro tras las elecciones andaluzas, las dos direcciones capitaneadas por Ione Belarra y Alberto Garzón constataron su voluntad de presentar candidaturas conjuntas a estas elecciones, siempre vinculadas a las decisiones de los territorios pero sin concretarse en ningún momento qué tipo de denominación iban a tener.
No obstante, el convencimiento instalado en la cúpula de Podemos e IU, según ha adelantado Público y han confirmado a Europa Press fuentes de ambos partidos, es que las candidaturas conjuntas que sellen no tendrían que denominarse Unidas Podemos y se deja abierta la posibilidad de concretar otras fórmulas.
Esta posibilidad se ha esbozado dentro del diálogo entre ambas ejecutivas, pero no está recogida ni plasmada en ninguna resolución ni documento de las organizaciones.
Las opciones más plausibles, apuntan, es apostar por visibilizar de forma clara la presencia de Podemos e IU y, entre ellas, se abren fórmulas tradicionales, reconocibles y que plasmen el espíritu de una coalición, como utilizar las siglas de los partidos que la componen. Aunque también está la vía de escoger designaciones que refieran nítidamente el territorio de la candidatura. Estos dos supuestos ya se han llevado a la práctica en otras elecciones.
Así, la prioridad en Podemos es empezar a construir candidaturas fuertes y amplias priorizando el acuerdo con IU y otras fuerzas como Alianza Verde, y una vez sentadas las bases desde las dos formaciones principales, tratar de ampliar y ensanchar las bases progresistas.
Dentro del espacio confederal, hay voces que recalcan que Unidas Podemos es una marca que arrastra cierto desgaste y su futuro está en el aire para las futuras generales, tras la irrupción de la plataforma Sumar impulsada por la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, que de momento limita su desarrollo a ser un movimiento ciudadano.
Distintos criterios entre las CCAA
Y es que Unidas Podemos es sobre todo la nomenclatura acordada para las dos últimas elecciones generales y ceñida al ámbito del grupo parlamentario, pero no es obligatoria para los comicios autonómicos y, de hecho, su uso no ha sido generalizado durante este tiempo en las coaliciones entre ambos partidos.
Su empleo, por ejemplo, ha sido reciente en las últimas elecciones en Castilla y León y en el caso de la Comunidad de Madrid, aunque en la cita con las urnas de 2019 no fue el caso y la coalición, donde participaron también Anticapitalistas, fue finalmente Podemos-IU-Madrid en Pie. A su vez, se ha recurrido a ella en Baleares y en la Comunidad Valenciana, aunque en este caso con referencias a las siglas desde la fórmula Unides Podem – EUPV.
En contraposición, se ha apostado por otras marcas a la hora de las elecciones en otras comunidades, como Unidas por Extremadura, Galicia en Común (aunque acompañada también por Unidas Podemos y las siglas de las formaciones), Elkarrekin Podemos (Juntos Podemos) en el País Vasco o el caso andaluz, que en 2019 no optó por la fórmula de Unidas Podemos y el pasado junio se gestó la coalición ‘Por Andalucía’ donde estaba presente también Más País.
Además, en Navarra ya se ha logrado un acuerdo entre Podemos, Izquierda Unida, Batzarre e Independientes para concurrir juntos a las elecciones y se ha escogido que el nombre de la candidatura sea ‘Contigo Navarra’. En La Rioja las dos principales fuerzas del espacio confederal también han sellado una alianza.
Mientras hay regiones donde Podemos e IU han concurrido por separado a las elecciones, como es el caso de Asturias, Murcia o Aragón.