Las mujeres no podrán asistir a las universidades en Afganistán, según una orden publicada este martes por el Gobierno de los talibanes, que ya prohibió hace un año la educación secundaria de las niñas. Sin embargo, los islamistas habían prometido en varias ocasiones que permitirían la educación de las jóvenes una vez que encontrara un modelo de enseñanza que se adecuara a la sharía o ley islámica.
La ONU no ha tardado en criticar lo que su portavoz calificó de incumplimiento.
Hace escasamente dos meses que miles de jóvenes de todo el país presentaron las pruebas para los ingresos a las universidades, lo que suponía para miles chicas una de las últimas oportunidades para acceder a la educación superior. Otros tantos sueños rotos, otros tantos futuros robados por los talibanes y su despiadada misoginia.
A lo largo de casi año y medio, las restricciones se sumaron unas a otras en un continuo retroceso de los derechos humanos para las mujeres, como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.