Beber dos o más tazas de café al día puede duplicar el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular entre las personas con hipertensión arterial grave (160/100 mm Hg o superior), pero no entre las personas con hipertensión arterial no considerada grave, según una investigación publicada en ‘Journal of the American Heart Association’, la revista científica de la Asociación Americana del Corazón.
Por el contrario, el estudio descubrió que una taza de café y el consumo diario de té verde no aumentaban el riesgo de muerte relacionada con enfermedades cardiovasculares en ninguna medición de la presión arterial, aunque ambas bebidas contienen cafeína. Una taza de 8 onzas de té verde o negro contiene entre 30 y 50 miligramos de cafeína, y una taza de 8 onzas de café, entre 80 y 100 miligramos.
Estudios anteriores han demostrado que tomar una taza de café al día puede ayudar a los supervivientes de un infarto de miocardio a reducir el riesgo de muerte tras el mismo y puede prevenir infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares en personas sanas.
Además, otros estudios han sugerido que beber café con regularidad puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cáncer; puede ayudar a controlar el apetito; puede ayudar a reducir el riesgo de depresión o aumentar el estado de alerta, aunque no está claro si este efecto se debe a la cafeína o a algún otro componente del café. En cuanto a los efectos nocivos, un exceso de café puede elevar la tensión arterial y provocar ansiedad, palpitaciones y dificultad para dormir.
«Nuestro estudio pretendía determinar si el conocido efecto protector del café se aplicaba también a personas con distintos grados de hipertensión, y también examinó los efectos del té verde en la misma población. Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que encuentra una asociación entre beber 2 o más tazas de café al día y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares entre personas con hipertensión grave», ha comentado el autor principal del estudio, Hiroyasu Iso, profesor emérito de la Universidad de Osaka (Japón).
La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, se produce cuando la fuerza de la sangre que empuja contra las paredes de los vasos sanguíneos es constantemente demasiado alta, lo que hace que el corazón trabaje más para bombear la sangre. Se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). Las directrices actuales sobre tensión arterial de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología clasifican la hipertensión como una tensión arterial igual o superior a 130/80 mm Hg.
Los criterios de presión arterial de este estudio difieren ligeramente de estas directrices. Los investigadores clasificaron la presión arterial en cinco categorías: óptima y normal (menos de 130/85 mm Hg); normal alta (130-139/85-89 mm Hg); hipertensión de grado 1 (140-159/90-99 mm Hg); grado 2 (160-179/100-109 mm Hg); y grado 3 (superior a 180/110 mm Hg). Las medidas de presión arterial en los grados 2 y 3 se consideraron hipertensión grave en este estudio.
Entre los participantes en el estudio había más de 6.570 hombres y más de 12.000 mujeres, con edades comprendidas entre los 40 y los 79 años al inicio de la investigación. Fueron seleccionados del Estudio de cohortes colaborativo de Japón para la evaluación del riesgo de cáncer, un amplio estudio prospectivo establecido entre 1988 y 1990 de adultos que vivían en 45 comunidades japonesas.
Los participantes facilitaron datos mediante exámenes médicos y cuestionarios autoadministrados en los que se evaluaban el estilo de vida, la dieta y los antecedentes médicos. Durante casi 19 años de seguimiento (hasta 2009), se documentaron 842 muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares.
El análisis de los datos de todos los participantes reveló que beber dos o más tazas de café al día se asoció con el doble de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en personas cuya presión arterial era de 160/100 mm Hg o superior en comparación con las que no bebían café.
El consumo de una taza de café al día no se asoció a un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en ninguna de las categorías de presión arterial. Mientras tanto, el consumo de té verde no se asoció a un mayor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en ninguna de las categorías de presión arterial.
«Estos resultados podrían respaldar la afirmación de que las personas con hipertensión grave deberían evitar el consumo excesivo de café. Dado que las personas con hipertensión grave son más susceptibles a los efectos de la cafeína, los efectos nocivos de la cafeína pueden superar sus efectos protectores y aumentar el riesgo de muerte», ha resaltado Iso.
El estudio descubrió que las personas que consumían café con más frecuencia tenían más probabilidades de ser más jóvenes, fumadores habituales, bebedores habituales, comer menos verduras y tener niveles más altos de colesterol total y una presión arterial sistólica más baja (la cifra más alta), independientemente de la categoría de presión arterial.
Los beneficios del té verde pueden explicarse por la presencia de polifenoles, micronutrientes con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias saludables que se encuentran en las plantas.
Los investigadores señalan que los polifenoles pueden ser parte de la razón por la que sólo el consumo de café se asoció a un mayor riesgo de muerte en personas con hipertensión arterial grave, a pesar de que tanto el té verde como el café contienen cafeína.