Por Francisco Marmolejo Domínguez
Este pasado martes nos acostábamos con la noticia de la supresión de Fajardo de la nómina de calles por las que las cofradías y hermandades no pueden pasar para acceder al recorrido oficial de la Semana Santa. Otra chinita más en el zapato para las corporaciones nazarenas que ven que como el centro histórico es zona hostil para el procesionismo. Resulta curioso como otros eventos que se celebran a lo largo del año (Carnaval, Feria, Navidad…), no tienen tantos peros para celebrarse, pero es llegar Semana Santa y cada año que pasa se van aforando más calles, aduciéndose motivos de seguridad y alerta antiterrorista.
Doctores tiene la iglesia y seguramente los expertos en seguridad podrían darnos pelos y señales del motivo de esta progresiva reducción de calles para poder ver los desfiles procesionales en torno a Larios, pero los que somos legos en estas lides de la seguridad nos molesta como calles adyacentes al recorrido oficial (Plaza de Spinola, Calderería, Sánchez Pastor, Plaza del Carbón, Plaza del Siglo, Molina Lario, Strachan, Bolsa, Torre de Sandoval), están hasta arriba de terrazas, elementos que pueden entorpecer cualquier desalojo en una supuesta estampida de personas.
La permeabilidad que nos vendieron en 2019 desde el ente agrupacionista para ver las procesiones está quedando en agua de borrajas y cada año que pasa es más difícil acceder al centro por parte de malagueños y visitantes en los días de Semana Santa. Y a todo esto, añadimos que a falta de dos semanas y media no sabemos cuáles son los horarios e itinerarios de la Semana Mayor, aprobados estos en el mes de noviembre del pasado año por la asamblea de la Agrupación de Cofradías, pero que deben ser ratificados por parte de las autoridades competentes y dadas las últimas noticias parece que nos enteraremos por donde van a pasar las cofradías el mismo día de la procesión.
El exceso de celo por parte de unos en cuanto a las restricciones y el gran parque temático de bares y terrazas que es el centro por parte de otros, puede hacer que se cumpla esta máxima “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Solo pido a quien corresponda consenso y sensatez entre todas las partes, ya que parece que el título de este artículo es una realidad y la cofradefobia en Málaga se está haciendo presente cada año