Los de Pellicer remaron, dominaron e incluso generaron llegadas de peligro. Sin embargo de nuevo volvió a faltar el último pase y el remate. Todo se complicó con la roja de Juande, de infantiles.
Dos amarillas clarísimas llegando tarde. Aunque esa inferioridad se equilibró con la roja que vio De Frutos. Rubén Castro anotó un gol que fue anulado por milímetros y que aleja la permanencia. Porque durante unos segundos, en la celebración, todo parecía posible
El Málaga CF en su batalla por salir del descenso, suma otro empate insuficiente en La Rosaleda ante el Levante (0-0). Los malaguistas volvieron a meter a más de 20.000 espectadores, concretamente 23.008. Todo parecía ir encaminado hacia un triunfo necesario y revitalizante. Es más, durante unos segundos estuvo en ventaja, pero el tanto de Rubén Castro no subió al marcador por un fuera de juego justísimo.
Aún así, el Málaga dominó con el balón en los pies durante unos interesantes pero pocos prolíficos 45 minutos. Ramón y Cristian lo intentaron desde la larga distancia aunque sin suerte. Como Iborra, cuyo cabezazo en el segundo palo y libre de marca se marchó a la izquierda de la meta de Yáñez.
Hablando ya del segundo acto, al Málaga le salió todo mal. Desde la roja a Juande, que con amarilla llego tardísimo a un balón dividido con De Frutos; pasando por el palo de Lago Junior y terminando en el gol anulado a Rubén Castro por literalmente milímetros. Porque durante el partido se produjeron una serie de catastróficas desdichas y todas fueron contra los de Pellicer.
Unas acciones que se produjeron bajo el vergonzoso silbato de Oliver de la Fuente Ramos, que protagonizó otra lamentable actuación. Perjudicó tanto al Málaga como al ritmo del encuentro. Fue de todo menos positivo para un duelo en el que ambos se jugaban mucho.
Los malaguistas se quedan ahora a nueve puntos de la salvación con 30 por disputar. A falta de los enfrentamientos de los rivales directos, la permanencia en el fútbol profesional cada día está más complicado.
