El acierto de los blaugranas tras el descanso y las polémicas decisiones arbitrales decantaron la balanza. Los malagueños aún así estuvieron peleando hasta los últimos dos minutos. Ahí el carrusel de triples visitante fue la puntilla. Porque antes del paso por vestuarios, el Unicaja jugó a placer e incluso tuvo ventajas por encima de la decena. Perry fue una vez más el mejor con 19 puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias. Uno de los típicos partidos que se pueden perder y más teniendo en cuenta lo sucedido en los cuartos de Badalona y lo visto con los colegiados. Ahora toca pensar en Atenas, donde la encerrona tanto arbitral como de la afición griega será mucho mayor
El Unicaja Baloncesto cayó en la visita del Barça al Carpena (81-86). Un duelo protagonizado por el arbitraje de Benjamín Jiménez. El de Puerto Real machacó a los cajistas tras el descanso con decisiones cuanto menos cuestionables. Cómo una antideportiva de Osetkowski después de que el propio jugador del equipo malagueño recibiera una clara falta de Satoransky que se marchó al limbo. Aun así, el otro factor fundamental fue el acierto de los visitantes tras la charla de Jasickevicius en el descanso. Antes del mismo, fueron los malagueños quienes dominaron con puño de hierro.
El acierto exterior de los malagueños fue la tónica dominante en el primer cuarto. Esos porcentajes, unidos a una defensa sin fisuras, propulsaron a los cajistas en el electrónico. Los triples de Carter y Will Thomas dejaron un espectacular parcial de 24-16.
Jasickevicius aleccionó a los suyos para acercarse con un 0-7 (27-23, min 13). Ahí de nuevo surtió efecto el plan de Ibon que, apoyado en los triples de Kalinoski, volvió a encaminar a los cajistas alentados por un Carpena en el que no cabía un alfiler (38-28, min 18). Aún así los blaugranas acabaron más enteros la primera parte minimizando la renta al descanso con el 39-35.
El triple de Mirotic en la primera posesión tras el entretiempo fue uña declaraciones de intenciones. Que se convirtió en realidad gracias a la ayuda arbitral que sancionó como antideportiva una falta de Osetkowski sobre Satoransky, a pesar de señalar realmente la falta del checo. Estos instantes enfriaron a los de Ibon Navarro que intentaron mantener el ritmo blaugrana con un 6-0 de parcial (45-45, min 25), que fue contestado por un 0-8 (45-53, min 27). Lejos de darse por vencidos, el Unicaja apretó los dientes para subirse al carro del partido con otra aparición con Kalinoski (57-61, min 30).
El último cuarto fue un intercambio continuo de canastas que siempre benefició al Barça. Del acierto en el tiro por parte de ambos sólo sacó beneficio el conjunto de Jasickevicius (71-78, min 26). Los malagueños volvieron a la guerra con el Agente Perry como director de orquesta (75-78, min 28), pero los porcentajes visitantes imposibilitaron la remontada cajista e incluso permitieron a los catalanes tener un final plácido con el 81-86 final.
El Unicaja cede con este resultado la quinta plaza de la Liga Endesa antes de viajar a Grecia por el triunfo del Joventut ante el Carplus Fuenlabrada. Lo del martes frente al AEK sí que será una encerrona. Tanto arbitral como de ambiente. Por lo que este atraco puede aleccionar a los malagueños de cara al fatídico duelo por el liderato del Grupo K de la BCL.