El aeropuerto de Málaga-Costa del Sol ha ampliado la oferta de aparcamientos al sumar 350 plazas al parking preferente, en la zona de llegadas, que pasa de 100 a 450 estacionamientos a pocos metros de la terminal.
Así, con objeto de maximizar la capacidad y el uso óptimo de la infraestructura, Aena ha reorganizado los aparcamientos «para que nadie tenga que perder tiempo por encontrarse con unas instalaciones inaccesibles o sin capacidad para satisfacer la demanda».
Con esta ampliación, el aeropuerto pone al servicio de los viajeros un total de 5.000 plazas, distribuidas entre los aparcamientos general, preferente, de larga estancia y exprés –con los primeros diez minutos de cortesía–, según han indicado en un comunicado.
Además, cuenta con 1.300 plazas más destinadas a trabajadores abonados de las diferentes empresas que desarrollan su labor en la infraestructura malagueña.
En el nuevo aparcamiento, también podrán estacionar los vehículos que prestan servicio de transporte con conductor, que hasta ahora permanecían en una explanada provisional. «Aena fortalece así la calidad del servicio que presta a estas empresas y, en consecuencia, al cliente final, con lo que se refuerza la buena imagen del destino», han agregado.
Paralelamente, en la misma área por la que salen todos los pasajeros que llegan al aeropuerto malagueño, se han habilitado puntos de encuentro, especialmente señalizados para una fácil identificación, para los vehículos con conductor y otros transportes de traslado, con el fin de agilizar la recogida de los usuarios de estos servicios y minimizar los tiempos de espera.
La ampliación de esta zona de aparcamientos responde a la necesidad de ordenar y regular este espacio de intermodalidad, en el que conviven los diferentes modos de transportes que consolidan la conectividad del aeropuerto una vez que el pasajero llega a la ciudad.
Con el nuevo modelo, el aeropuerto trata de desincentivar el mal uso de viales y acabar con la imagen de vehículos obstaculizando zonas e impidiendo la fluidez del tráfico, con el riesgo de atascos o de vulnerar las normas de autoprotección de la infraestructura.
El aeropuerto, tras diferentes reuniones con las empresas afectadas en las que atendió sus particularidades, les anunció el cambio en la reorganización de los diferentes modos de transportes el pasado verano, después de varias jornadas con atascos por largas esperas de vehículos en los viales dedicados al tráfico de acceso y salida de la terminal.