Coinciden en que la españolidad de las dos ciudades autónomas está protegida por la Constitución
Un agresión militar por parte de Marruecos para hacerse con Ceuta y Melilla está prácticamente descartada en el contexto actual puesto que la comunidad internacional no tolera las guerras de agresión, como se ha visto con la de Ucrania, y puesto que España contaría con el respaldo de la OTAN en su defensa, según han coincidido en señalar varios expertos durante la presentación de un informe sobre las dos ciudades autónomas elaborado por el ‘think-tank’ Europa Ciudadana.
En opinión del almirante Juan Rodríguez Garat, «en estos momentos, en esta situación mundial» no cabe esperar una agresión militar por parte de Marruecos, que además de pondría en su contra a la comunidad internacional, ya que la Carta de Naciones Unidas defiende la integridad territorial de los estados.
«Rusia puede permitirse el lujo de ponerse en contra a casi toda la comunidad internacional porque tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y 6.000 ojivas nucleares», ha señalado el antiguo almirante de la Flota y profesor en la Escuela de Guerra Naval. «Marruecos no puede entrar a sangre y fuego (…) porque tienen el fracaso asegurado no solo por la capacidad militar», ha afirmado, «sino porque la comunidad internacional no ve bien las guerras de agresión».
«El problema está en la guerra híbrida», ha admitido, apuntando a acciones en las que la autoría no está clara, entre las que ha citado la «manipulación de la inmigración», con el fin de «causar problemas» al Gobierno español «para que termine cediendo».
«Pasó en su día con la Marcha Verde», ha señalado, incidiendo en que la situación en Ceuta y Melilla «es muy diferente» aunque este tipo de «acciones híbridas nos pondrán en apuros». El almirante Rodríguez Garat ha defendido que en general los gobiernos «cuando tienen problemas que ocultar» o que no pueden enfrentar, «tratan de unir al pueblo frente a un enemigo exterior», dando a entender que es lo que está haciendo Rabat con España.
INCIDENTE DE PEREJIL
Por su parte, el teniente general Francisco Gan Pampols ha señalado que por ahora Marruecos se mueve en la llamada «zona gris», si bien lo ocurrido con el islote de Perejil en 2002 fue una «acción de baja intensidad» que tuvo su reacción, y ha apuntado que este tipo de actuaciones «solo pueden ser contrarrestadas por los mecanismos del Estado de derecho».
A su vez Javier Rupérez, diplomático y antiguo embajador en Estados Unidos y ante la OTAN, ha llamado la atención sobre la necesidad de no ceder ante los chantajistas, entre los que ha citado primero a Hitler con los Sudetes y luego al presidente ruso, Vladimir Putin, y su anexión de la península de Crimea en 2014.
«Como no hubo una respuesta contundente y disuasoria por parte de Occidente pensó que todo el campo era orégano», ha afirmado, explicando así la «invasión criminal de Ucrania». «Todos deberíamos tener en cuenta a los chantajistas en potencia y aprender el arte de la disuasión para evitar las agresiones no justificadas», ha sostenido.
Rupérez también se ha referido al incidente de Perejil, «un intento claro de chantaje al que se respondió de forma contundente». «Era un caso menor pero significativo» del que hay que aprender puesto que «aquellos que practican ese deporte lo que hacen es empezar por Crimea, Perejil o los Sudetes».
APOYO DE LA OTAN EN CASO DE AGRESIÓN
Tanto los dos militares como el diplomático se han mostrado de la opinión de que España contaría con el apoyo de la OTAN en caso de una agresión militar marroquí en las dos ciudades autónomas, pese a que estas no estén mencionadas expresamente en el Tratado del Atlántico Norte. Al final, ha dicho el almirante Rodríguez, todo pasa por una «decisión política» de los aliados, que uno por uno deben decidir como apoyar al país que está siendo agredido.
Lo importante de pertenecer a la OTAN, ha incidido Rupérez, es que se trata de una «organización defensiva y disuasoria como nunca ha existido en la historia». «Nadie ha osado nunca atacar a un país miembro» con la salvedad de los atentados del 11-S en Estados Unidos, ha resaltado. «La disuasión es contundente, brutal y sigue funcionando», ha recalcado.
Los tres expertos han coincidido en que la españolidad de Ceuta y Melilla está fuera de toda duda –«es tan evidente que resulta un poco excesivo reafirmarlo», ha dicho Rupérez– y se han remitido a la Constitución como la mejor garantía de que esto siga siendo así, incluso en caso de que en ambas ciudades autónomas pueda a la larga haber gobiernos independentistas o que defiendan las tesis marroquíes.
La soberanía de Ceuta y Melilla «es un derecho de los españoles» que está recogido en el artículo 2 de la Constitución, en el que se estipula que España es «indivisible», ha recordado el almirante Rodríguez Garat, adviertiendo de que la única manera de cambiarlo sería con el acuerdo de todos los españoles y reformando la Constitución, algo en lo que ha coincidido el teniente general Gan Pampols. «Hoy por hoy (la Constitución) es una herramienta de una solidez extraordinaria».
GIRO DEL GOBIERNO SOBRE EL SÁHARA
Por lo que se refiere al giro del Gobierno respecto al Sáhara, no han querido entrar a valorar los motivos que llevaron a respaldar el plan de autonomía marroquí. En este sentido, el almirante Rodríguez Garat se ha mostrado convencido de que no fue la «defensa de Ceuta y Melilla» mientras que Rupérez ha confiado en que no fuera resultado de «ningún tipo de presión o chantaje sino del reconocimieNto de todos los interesEs mutuos que son muchos».
Con todo, ha subrayado que aún quedan muchas «preguntas pendientes e importantes» por resolver, empezando por si fue la decisión de Estados Unidos, con Donald Trump como presidente, de reconocer la marroquinidad del Sáhara.
Asimismo, el diplomático también ha sostenido que habría que investigar el uso del sistema Pegasus, «según parece», por los servicios de inteligencia marroquíes para espiar al presidente del Gobierno, así como «los indicios de fraude electoral» durante las elecciones del 28M en Melilla «por parte de una formación política que según parece tiene una fuerte influencia marroquí», en referencia al robo de votos por correo y la presunta implicación de Coalición Por Melilla (CPM).