Los de Scariolo pueden alargar la puesta a punto contra Brasil, Costa de Marfil e Irán de cara a una seria segunda fase
La selección española de baloncesto inicia el Mundial 2023 de Filipinas, Japón e Indonesia desde un Grupo G ideal para seguir puliendo detalles de su preparación, muy superior a Costa de Marfil, Brasil e Irán, obligada a llegar fina a una segunda fase exigente.
Un verano más, la selección aspira a todo, incluso al más difícil todavía: repetir título. Brasil, hace 60 años; la antigua Yugoslavia, hace 20, y Estados Unidos (2010 y 2014), lograron dos Mundiales seguidos. Los de Sergio Scariolo triunfaron en China 2019 en un épico campeonato y ahora España busca su tercera estrella.
El sorteo dejó a la vigente campeona un primer grupo de los que gustan al técnico italiano, asequible con la opción de seguir limando su trabajo, para lo cual no suele tener mucho tiempo. España fue de las selecciones con menos amistosos en su puesta a punto, solo cinco, pero el equipo de Scariolo crece con los torneos.
España vuelve a buscar la gloria con un equipo sin grandes estrellas de la NBA, como hizo con éxito el año pasado en el Eurobasket, pero tiene la fórmula del triunfo en el mejor ejemplo de equipo. ‘La Familia’, como llama a su selección la Federación, ha trabajado en la formación continua de un país casi siempre entre los mejores de cada torneo, con más o menos talento individual.
El equipo español ha ido jubilando a jugadores de leyenda, máximo representante un Pau Gasol recién entrado en el Salón de la Fama, pero el gen competitivo y la buena base se mantienen. Para este Mundial, Scariolo se quedó sin Ricky Rubio, el mejor jugador hace cuatro años, pero ante la adversidad siempre dio la cara España.
La baja de su estrella, por su salud mental tal y como reconoció el propio jugador de los ‘Cavs’, y tampoco disponible el base del año pasado Lorenzo Brown, obligó al preparador italiano a llamar a un Juan Núñez que parece estar listo para el reto con 19 años. El ex del Real Madrid no estará solo y, en esa importante posición de cerebro, la selección podrá contar con la experiencia de Sergio Llull.
El de Mahón, artífice de una Copa de Europa más para los blancos, es un incansable como Rudy Fernández, líderes en una lista de 12 con distintos roles. Junto al capitán, un Alberto Díaz que necesitará en lo personal ese inicio de menos a más por un problema en su rodilla, ejemplifica la importancia de una defensa que muerda en cada jugada.
España se nutre de apretar atrás, de recuperar y atacar en superioridad, en transición. Para la campeona, será vital también la aportación de un debutante como Santi Aldama, el mejor NBA nacional la pasada campaña y que parece estar bien acoplado al plan, de Usman Garuba, Willy Hernangómez, dispuesto a ser clave como en la conquista del título continental donde fue elegido ‘MVP’ junto a su hermano Juancho, además de la mejor inspiración en Álex Abrines y Darío Brizuela.
Pese a ser ultra favorita en el Grupo G, la defensora del título tiene que asegurar el trabajo y llegar con el pleno de cara a esa segunda fase ya peligrosa. Siempre rival a rival, España sabe que los cruces de cuartos pasarán seguramente por un segundo grupo con Canadá y Francia, favoritas a avanzar desde el Grupo H.
ESPAÑA Y UNA MÁS, A LA SEGUNDA FASE
Aunque todo puede pasar en deporte, el guión de Yakarta parece ya escrito: Costa de Marfil, Brasil e Irán tratarán de avanzar con España. El cuadro africano lo tiene complicado con las bajas del pívot del Baskonia, Matt Costello, Stephane Konate y Guy Edi, con la incógnita de la capacidad de promesas como Assemian Moulare.
Los ‘Elefantes’ están en una buena regularidad de no fallar a las grandes citas, campeones del AfroBasket en 2021, pero llegar a la segunda ronda es su mayor objetivo. El capitán Souleyman Diabate, de 36 años, y Vafessa Fofana llevaron a Costa de Marfil al Mundial, pero una vez ahí, encima con bajas, parecen carne de sparring.
Igualmente, para Irán el éxito es llegar, como viene haciendo en las últimas cuatro ediciones del torneo, pero no tiene plantilla como para competir mucho más allá. El equipo asiático tiene el calendario de su parte porque debutará contra Brasil y luego se medirá a Costa de Marfil, opciones para sorprender.
El veterano pívot Hamed Haddadi, el mejor jugador de la historia de Irán, completará su carrera presente en todos los Mundiales de su país. La torre de 38 años necesitará relevo y ahí, pese a otros buenos jugadores como Arsalan Kazemi y Behnam Yakhchali, falla mucho una selección que querrá despedir a su leyenda de la mejor manera.
Brasil debería evitar la sorpresa africana o asiática, como clásico de los Mundiales, presente en todas las adiciones, y con más plantilla a pesar de estar en pleno cambio generacional, desde el banquillo a la pista. Marcelinho Huertas, Vitor Benite y Rafael Hettsheimer ponen la experiencia que quiere Gustavo Conti.
El técnico de la ‘canarinha’ desde 2021 nutre a Raul Neto y Yago Santos de la sabiduría de Huertas, viejo conocido de la Liga española, en un trío de bases donde reside el juego de Brasil. Del mismo modo, tiene la fe puesta en un Bruno Caboclo que brilló en el triunfo de preparación sobre Australia, aunque los amistosos terminaron con el golpe de realidad contra Serbia e Italia.
