Los trabajadores han sido despedidos a través de un ERE. Un colegio histórico «CAMPILLOS» cierra. La subasta que se abrió el pasado mes de agosto ha quedado desierta.
Ya haciamos eco del inicio de la subasta del colegio en una noticia publicada el pasado mes de agosto .
Uno de los referentes de Campillos, por su disciplina, por el que han pasado miles de alumnos cierra. La crisis del colegio se produjo en la pandemia, al parar su actividad.
Educación de la Junta de Andalucía veía el colegio San José «un referente del que no se podía prescindir» .
El colegio estaba gestionado por los propios trabajadores a través de una sociedad que se encuentra en concurso de acreedores voluntario desde el 1 de junio de 2021. En concreto, saca a subasta la unidad productiva del centro y el conjunto de bienes y derechos integrados en la misma –inmuebles, solares, equipos informáticos, mobiliario, contratos de trabajo y el fondo de comercio–.
El colegio estuvo cerrado durante un año, lo que generó una pérdida de ingresos, al ser su oferta residencial el principal reclamo. La sociedad no cuenta con una deuda muy cuantiosa, aunque sí tuvo tensiones de tesorería que le impedían poder atender a los créditos de ayuda a los que recurrieron durante el periodo de cierre.
La residencia del histórico centro también ha sido albergue para decenas de ucranianos que llegaron a la localidad huyendo de la guerra gracias a una colaboración entre Cruz Roja y el Consistorio de Campillos.
COLEGIO
La historia del colegio San José de Campillos se remonta a principios de los años 50, cuando los hermanos Macías García comenzaron a impartir educación a jóvenes de familias acomodadas en sus casas. Con el tiempo, este proyecto evolucionó y dio lugar a la creación de la sociedad Promasa. Posteriormente, un grupo de educadores adquirió la compañía, que en la actualidad administra el internado.
Durante el siglo XX, el Colegio San José de Campillos «se convirtió en uno de los internados más importantes del país gracias a su enfoque disciplinario y su énfasis en la responsabilidad. En su época de mayor esplendor, con una inscripción anual de más de 2.000 alumnos, gran parte de los habitantes del pueblo trabajaba en el centro».