Arturo Valls protagoniza ‘Mala Persona’: «Que la gente joven se radicalice seguro que no nos lleva a nada bueno». Este miércoles 3 de julio llega a los cines ‘Mala Persona’, la nueva comedia de Fer García-Ruiz (‘Descarrilados’). La película, protagonizada por Arturo Valls, Malena Alterio y Julián Villagrán, narra la historia de Pepe, un singular y amable personaje que decide convertirse en una persona deleznable al enterarse de que sufre una enfermedad terminal. Una cinta que se sirve del «estereotipo» de que «uno de bueno es tonto» y que «portarse un poco mal vende», algo especialmente patente en estos tiempos en los que el populismo exacerbado y los extremismos ganan terreno.
«Que la gente joven se radicalice seguro que no nos lleva a nada bueno», avisa Valls en una entrevista concedida a Europa Press en la que, en tono de broma señala a Vladimir Putin o Pablo Escobar como los «malignos» referentes que tuvo a la hora de construir el personaje de Pepe. Un hombre bueno pero que, en su mutación hacia un ser deleznable, acaba siendo odiado por unos, tal y como pretende, pero también idolatrado por otros gracias a sus actitudes y comportamientos extremistas y éticamente más que reprobables.
Arturo Valls protagoniza ‘Mala Persona’: «Que la gente joven se radicalice seguro que no nos lleva a nada bueno»
El motor de comedia en ‘Mala Persona’ es esa transformación de su personaje y su viraje hacia posiciones radicales que atentan contra todos los que le rodean. «Todo tiene que ver con no ponerte en el lado del otro. Todas estas posturas tan radicales es odiar al que no es como tú. Se plantea la facilidad que tiene la gente más vulnerable de sentirse atraído por estas posturas», expone el intérprete refiriéndose al auge de los extremismos.
«A veces el ser humano en su comportamiento te sorprende. Evidentemente, ante la situación que estamos viviendo, yo estoy muy sorprendida de las políticas que se están gestando», destaca Alterio. El director va más allá y ahonda en los canales que utilizan estas posturas para difundir su discurso: «Ahí están las redes sociales para demostrarlo y dar voz a mensajes que, a lo mejor, no son los más adecuados y llegan a demasiada gente. Está bien que hagamos una cierta crítica en la película. Abrimos a todo el mundo (la posibilidad de expresarse) y quizás es peligroso».
«Al representar a los dos personajes, tienes la empatía a lo ajeno y el egoísmo de pensar en el beneficio de uno mismo. Están representados los dos extremos, es un reflejo de la sociedad. Es como un canto y una invitación a la convivencia, a aceptarse las dos maneras de pensar e intentar vivir de la mejor manera posible», expone Villarán sobre la polaridad entre el personaje de Valls y el suyo.
Sin embargo, en palabras de Valls, la diferencia entre estas posturas y su personaje, radica en que Pepe adopta estos comportamientos reproblables «pensando en los demás». «Anhela ser una persona mala pero no acaba de conseguirlo», explica el actor que insiste en que el objetivo de las maldades que perpetra su personaje es noble, ya que busca que, cuando muera, nadie llore por su ausencia. Eso sí, el interprete de ‘Cámera Café’ reconoce que en algún momento Pepe «igual se pasa».
EL LADO OSCURO ES MÁS DIVERTIDO
Todos concuerdan en que «el atractivo que el lado oscuro» y «la transgresión» tienen es ese punto «rebelde» y «excitante», mientras que «la bondad es más aburrida». «Yo creo que todo el mundo tiene una parte mezquina en su interior que el círculo social no le deja sacar. Viendo esta película se empatiza y se divierte viendo el lado más canalla y oscuro de los personajes», dice Villagrán.
«En el lado oscuro ocurren cosas más divertidas. De hecho, cuando nuestro personaje empieza a portarse mal, resulta más atractivo, empieza a verse más guapo, más interesante… Tenemos este estereotipo de que uno de bueno es tonto. Portarse un poco mal, vende», explica el director.
Para García-Ruiz, que define su película como «una comedia un poquito negra», este género es ideal para «contar este tipo de situaciones y plantear personajes que sean malos o detestables» y que «incluso caigan bien en cierto momento». Sobre los límites morales que en los últimos años se han establecido en el humor y la corrección política que para Valls «reina en la sociedad», Alterio opina: «De unos años a esta parte estamos con la piel muy fina en relación al humor. Visto desde un contexto uno puede reírse de todo. La risa es una vaselina, el humor es fundamental».
Y, a pesar de simpatizar con este «lado oscuro», Alterio se define como «un poco Pepe», y piensa que «a la larga» está «más tranquila» si trata de «empatizar con el que está mirando» y de «generar buen rollo» a su alrededor. Valls, por su parte, matiza el argumento de la actriz: «De la otra manera consigo cosas pero me siento peor. Pero… como cuenta la película, hay que estar un poquito atento para que no te tomen el pelo». «Hay que tener un poco de picardía para que el sistema en el que vivimos no te la cuele», sentencia Villagrán.