La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado el ataque por parte de las fuerzas rusas al principal teatro de la ciudad de Mariúpol, que estaba sirviendo como refugio para cientos de personas y que aparecía marcado en las imágenes satelitales con la palabra rusa «niños».
El asistente del alcalde de Mariúpol, Petro Andryushchenko, ha trasladado a HRW que, por el momento, se desconoce si hay civiles heridos o asesinados, aunque dentro del teatro podría haber más de 500 civiles, entre ellos menores.
«Hasta que sepamos más, no podemos descartar la posibilidad de un objetivo militar ucraniano en el área del teatro, pero sabemos que el teatro albergaba al menos a 500 civiles», ha alertado la investigadora principal de crisis y conflictos de la ONG, Belkis Wille.
En este sentido, HRW ha señalado que hay «serias preocupaciones» sobre cuál era el objetivo previsto «en una ciudad donde los civiles ya han estado sitiados durante días y las telecomunicaciones, la electricidad, el agua y la calefacción han sido cortadas casi por completo».
Pocas horas antes del ataque, la ONG ha podido entrevistar a varios residentes que han confirmado que el día anterior al bombardeo un convoy de cientos de automóviles pudo salir de la ciudad y llegar hasta Zaporiyia.
Dos personas entrevistadas por separado mencionaron a los civiles refugiados en el sótano del teatro de Mariúpol. Una de ellas, médica de profesión, dijo a HRW que había visitado el teatro en los días previos a su partida y que allí se hospedaban entre 500 y 800 civiles.
Por su parte, la otra persona, que había pasado las últimas dos semanas entregando alimentos, agua y medicamentos a los refugios de la ciudad, dijo que había proporcionado ayuda en el teatro varias veces y que en él había entre 500 y 700 civiles.