El gol marca la diferencia. Puede dictaminar un mejor o peor resultado. Alojar el balón en el fondo de la red, en definitiva, garantiza una mayor recompensa que el hecho de no hacerlo. En el BeSoccer CD UMA Antequera, Fernando Cobarro Giménez asume esa a la perfección. Es más que un ‘killer’. Se comporta como un líder en la pista y, por ello, ostenta la responsabilidad de ser uno de los capitanes. Sus tantos inauguran el marcador de un partido, desatascan los duelos más igualados y se transforman en puntos importantes para pelear por objetivos ilusionantes. La continuidad, una temporada más, del jugador murciano es garantía de éxito.
La escuadra comandada por Tete está diseñada para que sus guerreros desempeñen distintos roles que sirvan para decidir las batallas más duras. Hace varias campañas, en la 2020/2021 en concreto, un gladiador de Cieza decidió enfundarse la armadura verde y, desde entonces, no deja de superar sus registros al mismo tiempo que contribuye a lograr gestas de la envergadura de una Copa del Rey o un ascenso a la 1ª División que sirvió para recuperar la plaza perdida. El salto de categoría se convierte, de nuevo, en el mayor de los anhelos a pesar de la complejidad que supone abordarlo.
Cobarro conserva el desasosiego de no haber puesto el broche de oro a la última competición liguera en la élite nacional. “Ha sido una temporada dura. Empezamos muy bien, pero no conseguimos el objetivo y por eso la defino así”. El 12 verde fue uno de los más determinantes sobre el 40×20, pero no se pudo evitar un desenlace cruel. “Me he sentido muy bien jugando, pero al no cumplir el reto de la permanencia, siento que he fallado por no haber podido ayudar al club a lograrlo”. Lo fundamental, como bien indica el goleador de esta formación, es tener ambición y buscar superar lo hecho con anterioridad. “He madurado como jugador, he dado un plus más y estoy feliz por ello. Quiero seguir creciendo y mejorando”.
En su carta de presentación, el ala-pívot natural de Cieza anotó 13 dianas en Primera División, luego elevó la cifra hasta las 37 en Segunda y, el pasado curso en el primer escalón competitivo más alto, firmó un total de 18 en 26 envites. Queda ver los tantos que será capaz de marcar en su cuarto curso en el conjunto universitario. “Puedo aportar más experiencia, solidez y saber jugar los momentos determinantes del partido y ayudar a los compañeros a dar más”. El alto rendimiento de este jugador y su rápida adaptación a la filosofía del club, se convirtieron en argumentos suficientes para ser uno de los capitanes. “Me siento con responsabilidad. Se esperan cosas de mí y tengo que dar ese paso importante y demostrarlo”.
Descender no resta exigencia al reto de permanecer en la parte alta de la clasificación como indica el 12 del elenco antequerano. “La Segunda División es más complicada de lo que la gente se piensa. Vas a campos donde la gente aprieta mucho y no es fácil sacar los puntos. Por ejemplo, de mi etapa en el filial de ElPozo recuerdo un viaje a Melilla y jugar allí fue difícil porque pelean mucho por lo suyo”. Por último, este miembro de la formación de Tete rinde en la cancha y también lo hace fuera para sacar adelante su grado de Historia en la UMA. “Al estar el equipo en 1ª División, se exigía más responsabilidad y, en ciertos momentos, ha sido difícil compaginarlo con mis estudios. El segundo cuatrimestre que, coincidió con el tramo final, se hizo más para mí, pero he conseguido salvarlo”.