El Cabildo General de hermanos apoya el proyecto de diseño de Fernando Prini Betés que conjuga la inspiración neobarroca con elementos orientales
La Hermandad del Monte Calvario ha dado un paso decisivo en el camino hacia la culminación del conjunto procesional de su Sagrada Titular. Así, y a pocos días de que se presente el flamante techo de palio, bordado en los talleres granadinos de Jesús Arco –que será estrenado (D.m.) el próximo Viernes Santo–, ha aprobado el diseño propuesto por su Junta de Gobierno para el futuro manto de procesión de Santa María del Monte Calvario, obra de Fernando Prini Betés, en el transcurso del Cabildo General Ordinario celebrado en la noche del día 20 de enero.
Un diseño que respeta la forma actual del manto de salida, ligeramente acabado en forma de pico, y que será bordado en oro con realce sobre terciopelo azul. Se trata de un proyecto con el que la Hermandad busca rematar un conjunto de notable singularidad –cuyo cajillo fue también diseñado por el propio Prini, en 1993–, aportando esta pieza, que destaca por su personalidad y armonía con el resto de elementos del trono. Una vez aprobado el dibujo, donado por un grupo de hermanos y devotos de la Virgen, el proyecto pasará por su estudio económico y técnico, de cara a la confección y bordado del manto.
Descripción del diseño
El manto cuenta con una estructura inspirada en motivos orientales –concretamente, en el conocido arte persa–, si bien su decoración se entremezcla con elementos neobarrocos. La parte principal está ocupada por dos grandes ejes de forma senoidal, remitiéndonos a las trazas mudéjares del cajillo del trono, del que surgen dos vanos con forma almendrada. Estos dos ejes, que estructuran
todo el manto y surgen como amplias ramas, intercalan hojas de acanto en orden ascendente, ramilletes con amapolas y los característicos cachemires. Esta última pieza cuenta con un gran desarrollo en la ornamentación de distintas obras de nuestra Hermandad como el palio, la saya de salida de la Virgen del Monte Calvario o el guio n corporativo, reforzando la línea estilística del patrimonio en nuestra cofradía.
En los espacios resultantes de las partes centrales, se ubican cráteras –una mayor en el piso inferior y una de menor tamaño en el superior–, que recogen sendas ramas de laurel, especie vegetal asociada con la victoria y el triunfo. Destaca también la peculiar forma tripartita entre espacios, que se asemeja a una gran palmeta, en la que la vegetación surge desde otra crátera con un desarrollo central de cachemires y dos ramas laterales, con una interpretación de cardos entremezclados con motivos florales. Toda la composición está contenida en su perímetro por una greca con flor enmarcada por dos «C», a modo de una clásica cenefa, que cierra el conjunto.
La simbología del manto está asociada con las flores, aportando todas ellas una virtud propia de la Santísima Virgen. Este esquema compositivo guarda ciertas semejanzas con el plumaje de la cola del pavo real –animal tradicionalmente identificado con la inmortalidad y con la resurrección–.