El CAAC acoge hasta noviembre el lenguaje del silencio de Ignasi Aballí a través de la muestra ‘In ictus oculi’.
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo acoge desde este jueves y hasta el 10 de noviembre la exposición del artista Ignasi Aballí ‘In ictu oculi’. En ellas, el artista aborda principalmente dos temáticas estrechamente vinculadas: el silencio y las reflexiones sobre la pintura.
El silencio en la obra de Aballí no es simplemente la ausencia de sonido, sino una presencia activa que fomenta una contemplación profunda y una introspección, esto es, a través de espacios vacíos, colores monocromáticos y materiales efímeros, el artista crea un diálogo con la historia monástica y la tradición de la contemplación espiritual de la Cartuja y de Sevilla.
La reflexión sobre la pintura, su esencia y materialidad es el otro pilar central de su obra. Trabajando sobre los pigmentos, la técnica y los procesos creativos, Aballí, vuelve a cuestionar al espectador, en esta selección de obras, sobre el paso del tiempo, el sentido de la práctica de la pintura en la actualidad o cómo es posible abordarla en este momento.
Conoce la muestra ‘In ictus oculi’ de Ignasi Aballí
La muestra está organizada en salas en las que se exploran aspectos específicos del trabajo de Ignasi Aballí. Los temas incluyen el parpadeo, que simboliza la intermitencia de la percepción visual y la fugacidad del tiempo; lo visible e invisible, que desafía las nociones de percepción y realidad; y la relación entre texto e imagen, que cuestiona cómo entendemos y representamos el mundo a través de diferentes lenguajes. La exposición también aborda temas como el error y la corrección, reflexionando sobre el proceso creativo y la aceptación de lo imperfecto.
‘In ictu oculi’ busca crear una experiencia de introspección y contemplación. A través de sus obras, Aballí desafía al público a reflexionar sobre la naturaleza del arte y la percepción del mundo, generando una conversación silenciosa bidireccional entre la obra y el público.
Entre las obras más representativas de la exposición se encuentran piezas que emplean técnicas y materiales diversos, desde fusión de colores, usos de pigmentos y telas sin pintar hasta grabados, fotografías e intervenciones site specific que juegan con la percepción visual.
La historia de la Cartuja, sede del CAAC, añade una capa adicional de significado, al haber sido históricamente un lugar de silencio y meditación. El artista conecta el espacio expositivo y la obra, utilizando ambos elementos para amplificar su mensaje, ofreciendo una perspectiva nueva sobre su trabajo en torno a los conceptos de silencio y pintura.
