La base de datos de la aplicación Infomedusas, fruto del acuerdo de la Diputación de Málaga con el Aula del Mar, ha servido como fuente de información para la publicación de un artículo de científicos de la Universidad de Málaga, la Universidad de Huelva y el Instituto Español de Oceanografía en la revista ‘Estuarine, Coastal and Shelf Science’.
El artículo, titulado ‘Estimation of jellyfish abundance in the Andalusian coastline (southern Spain) by using an explainable artificial intelligence model based on fuzzy logic’ –(Estimación de la abundancia de medusas en el litoral andaluz (sur de España) mediante un modelo de inteligencia artificial explicable basado en la lógica difusa)– ha sido publicado en septiembre.
En él establece una diferencia fundamental entre la Costa del Sol Occidental y la central y oriental: mientras que en la primera los vientos paralelos favorecen la aparición de medusas, en las dos segundas serían los vientos perpendiculares a la costa los que facilitarían la presencia de estos invertebrados.
El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, ha explicado cómo «satisface el hecho de comprobar que la inversión que realiza la institución en el Aula del Mar vuelve a la ciudadanía en forma de talleres, cursos, jornadas, aplicaciones que informan sobre el estado de las playas o, como ahora, en artículos científicos. Estas publicaciones atañen no sólo medioambientalmente, sino también al sector turístico de la provincia».
Con el verano de 2022 se cumplen ya diez años de colaboración de la Diputación de Málaga y el Aula del Mar a través de la ‘app’ Infomedusas. Entre junio y septiembre se ha mantenido una media de casi 50.000 usuarios activos de la aplicación que han recibido información sobre 176 playas. Precisamente entre esos meses se han realizado 33.831 descargas de esta aplicación.
PRESENCIA DE MEDUSAS
Según la información recogida en la aplicación, cuando se realizó el modelo para predecir la posible presencia de medusas en verano en el mar de Alborán, se observó que este año se daban las condiciones atmosféricas óptimas para su proliferación; especialmente para la especie Pelagia noctiluca, de manera similar a como ocurrió el pasado año, lo que finalmente se confirmó.
Durante junio, julio y las dos primeras semanas de agosto el viento predominante fue el levante, habiendo únicamente unos 3-4 días de poniente entre los tres meses. Esto favoreció la entrada continuada de medusas al litoral, siendo los municipios más afectados los de la Costa del Sol occidental (Manilva, Casares, Estepona, Marbella y Mijas) que tuvieron presencia de medusas casi todos los días de la semana, llegando a ondear la bandera amarilla e incluso roja en algunas playas.
Otros municipios que se vieron afectados, aunque en menor proporción fueron Fuengirola, Benalmádena, Torremolinos y Málaga; mientras que los municipios de la Axarquía fueron los menos afectados.
Otro fenómeno que ocurrió durante los meses de julio y agosto fue un aumento significativo de la temperatura superficial del agua en el mar de Alborán, llegándose a temperaturas por encima de los 27ºC, su segunda máxima. Esta «tropicalización» temporal ha podido ser debida a los continuados días de levante, que han calentado paulatinamente las aguas, así como al cambio climático. Este aumento de la temperatura del agua puede ser otro factor sobre su presencia continuada en el litoral durante estos meses.
A partir de la tercera semana de agosto el viento cambió a poniente, convirtiéndose en el predominante. Esto propició a que las aguas volvieran a enfriarse alcanzando de nuevo temperaturas normales, así como a una disminución considerable de presencia de medusas en el litoral, avistándose únicamente ejemplares dispersos que no peligraban el acceso al baño.
ESPECIES OBSERVADAS
En cuanto a especies de medusas avistadas, la más predominante fue la medusa clavel o aguamala (Pelagia noctiluca) que fue la que más incidencia por picadura ha ocasionado este verano. Es una especie que llega a la costa si las corrientes marinas y los vientos la favorecen. Es muy prolífica, y se cree que puede llegar a reproducirse durante todo el año. Su presencia fue constante durante toda la campaña de verano.
De manera más esporádica también se observaron las comúnmente llamadas «medusas gigantes» que corresponden a dos especies: Rhizostoma luteum y Rhizostoma pulmo. La mayoría de estos ejemplares fueron vistos durante el mes de julio, decayendo su presencia en el mes de agosto. Aunque son urticantes, su picadura es más leve que la de Pelagia noctiluca, y debido a su gran tamaño son fácilmente visibles por los bañistas, por lo que raramente ocasionan incidencias.
A partir de la tercera semana de agosto empezaron a avistarse medusas huevo frito (Cotylorhiza tuberculata) a lo largo de toda la costa malagueña. Esta medusa de mediano tamaño siempre 14 aparece durante los meses de agosto-octubre, llamando mucho la atención de los bañistas debido a sus vivos colores. Su picadura es generalmente inofensiva para las personas.
PRESENCIA DE ALGAS
Durante estos cuatro meses la aplicación de Infomedusa también ha registrado la presencia de un alga invasora, la Rugulopteryx okamurae que ha provocado que durante el mes de julio se tuvieran que retirar más de 2 toneladas de algas de las playas; siendo Mijas el municipio más afectado que tuvo que invertir 115.000 euros en la limpieza de su litoral.
R.okamurae es una especie originaria del Pacífico noroccidental, que se avistó en aguas españolas por primera vez en Ceuta en 2015. En 2016 se observó en Tarifa, Cádiz, y desde entonces se ha extendido por todo el norte del mar de Alborán, desde Cádiz hasta a Almería. Es una especie con gran potencial de colonización, prefiriendo los fondos rocosos.
Los modelos realizados por científicos de la Universidad de Málaga predicen que la especie podría llegar a colonizar todo el mar Mediterráneo si no se ponen serias medidas de control. Entre sus impactos se encuentran el del desplazamiento de praderas de macroalgas autóctonas y de fanerógamas marinas como Posidonia oceánica; homogeneizando y empobreciendo los fondos y daños económicos en sectores como el de la pesca y el turismo