Todo marchaba bien por La Rosaleda en la previa del encuentro ante la SD Huesca. El ambiente y el recibimiento previo al equipo hacía prever una tarde plácida.
Sin embargo la sorpresa esperaba dentro del coso de Martiricos. Y es que fueron muchos los aficionados que se encontraron con sus asientos embarrados y con el suelo de prácticamente todo el estadio lleno de restos del polvo sahariano que fue protagonista en nuestra ciudad hace pocos días.
El club ha informado que llevan desde entonces limpiando los accesos y butacas del templo malaguista y que incluso con el partido en marcha, se iban a seguir realizando dicha limpiezas.
Sea como fuere, el aspecto del estadio malaguista ha dejado mucho que desear para unos abonados que pagan para que, por lo menos, su asiento esté limpio. Qué menos.