La misión oficial del Gobierno era “obtener una respuesta europea para un problema europeo”. Detener así la subida del precio de la luz y del gas. Después de una larga reunión en la jornada del viernes, España vuelve de la cumbre europea con “el reconocimiento de la singularidad de la península ibérica”. Elemento nuevo en este debate.
Se trata de una especie de tratamiento especial que permitirá a España y a Portugal fijar los precios de la electricidad de manera diferente. “Serán medidas excepcionales, acotadas en el tiempo e inmediatas”, explicaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras finalizar el consejo. “Cubre nuestras expectativas.
¿Cuál es la singularidad que se reconoce? Las conexiones. A diferencia de otros países europeos que están totalmente conectados (eso significa que hay comercio de megavatios entre ellos), España intercambia menos del 3% de su producción con Francia. Este es un problema que viene de lejos y no se ha solucionado.
Por primera vez, la Comisión Europea admite la «situación especial» de la península y por eso permitirá que «gestionen los precios de la manera en la que hemos debatido en el consejo«, explicaba Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión, sin dar más detalles.
El objetivo que nos habíamos marcado ha sido cumplido”.