El Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos (Málaga), que investiga al que fuera pareja de Sibora en relación con la desaparición de esta en 2014 en dicha localidad, está pendiente de recibir el resultado de los análisis del Instituto de Medicina Legal (IML) sobre la identificación de los restos encontrados este pasado martes en el piso que ambos compartían.
Así lo han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), apuntando que una vez reciban estos informes y se confirme la identidad, se tomarán las decisiones que estimen oportunas dentro de esta causa, que está declarada secreta.
Al investigado, Marco R., se le intentó tomar declaración en dos ocasiones, la primera cuando fue detenido en relación con el crimen de su última pareja, Paula; aunque en esa ocasión se acogió a su derecho a no declarar. Días después volvió a comparecer y prestó declaración, han apuntado las mismas fuentes.
Marco R. fue detenido e ingresó en prisión por su presunta relación con el asesinato de Paula, que había sido su pareja y con la que seguía conviviendo.
El juzgado abrió hace unas semanas unas diligencias contra este hombre por la desaparición hace nueve años de la que entonces era su pareja, Sibora, una joven de 22 años, de origen albanés y nacionalidad italiana.
Estas diligencias se realizaron después de que el hombre hubiese hecho varias declaraciones de forma espontánea y no oficial, indicando que habría acabado con la vida de Sibora, y después habría ocultado el cadáver en las paredes del piso que compartían en Torremolinos en 2014. Posteriormente se negó a ratificar estas manifestaciones de manera formal.
Fruto de las investigaciones, se llevó a cabo una entrada y registro en la vivienda que el detenido y la desaparecida habían compartido, aunque todas las pesquisas realizadas fueron negativas, hasta que este pasado martes, los agentes localizaron un cuerpo emparedado.
Los agentes con la colaboración de la unidad de sistemas especiales de la SGLI y con el empleo de un sistema de Rayos-X registraron el domicilio, actualmente habitado por otra familia, y descubrieron el cadáver en el interior de un cajón de madera, oculto entre dos paredes del piso.
El actual inquilino del piso, que lleva siete año en la vivienda, ha señalado que esto es «algo que nunca hubiéramos imaginado». «Es muy impactante, nos quedamos un poco en ‘shock'», ha asegurado, apuntando que el hallazgo se produjo en la parte del dormitorio y no vieron ninguna marca: «lo tenía muy bien hecho, todo muy bien disimulado».
