El conjunto de Guede se vio superado por una UD Las Palmas que apabulló a los malaguistas de principio a fin (0-4). El conjunto blanquiazul, a pesar de contar con delanteros como Rubén Castro o Fran Sol, sigue sin tener pegada. Ni los más de 21.000 espectadores que poblaron las gradas del templo de Martiricos pudieron evitar el tropiezo con su apoyo incondicional.
Muy felices se las prometía el Málaga CF en su vuelta a La Rosaleda. Tras la derrota en Burgos, el malaguismo se agarraba a la visita de Las Palmas para dar el primer paso en esta ilusionante campaña. Sin embargo, la realidad fue otra muy distinta. El cuadro insular dominó de principio a fin. Una muestra de ello fueron las continuas llegadas de los visitantes durante todo el primer tiempo. Incluido un zapatazo de Álvaro Jiménez que se topó con la escuadra. El que no perdonaría fue Óscar, que batió a Manolo Reina tras una buena cabalgada de Moleiro.
Ya en el segundo acto, el Málaga salió mucho más entonado. Gallar dispuso de una buena ocasión, pero su disparo se marchó desviado. Acto seguido, llegó lo más duro. El golpe de realidad. Cardona sentó a Manolo Reina para poner el 0-2. Mientras que Álvaro Jiménez hizo lo propio con una magnífica vaselina. Muchos malaguistas abandonaron el estadio en el 70, atónitos ante lo que estaban viendo sobre el verde. Ni los cambios modificaron el rumbo de un partido para olvidar. El primero de esta campaña como local y en el que ya se han escuchado cánticos como “Ya no puedo más” o “Estamos hasta los h…”. Marvin, en el 86, puso la puntilla en otra ocasión a la espalda de la defensa.
A pesar de llevar solo dos jornadas, el ambiente sigue enrarecido por el curso pasado. La Rosaleda está dispuesta a ayudar. Y prueba de ello son las más de 21.000 personas que presenciaron el encuentro en las gradas de Martiricos. Pero ni por esas. Ni generando ilusión con fichajes, ni con Guede a los mandos… el mal endémico de este club amenaza con cargarse un proyecto que recién comienza a andar.
