El conjunto blanquiazul cae en su visita a Butarque para sumar la séptima jornada consecutiva sin saborear las mieles del triunfo. El tanto de Arnáiz tras una serie de catastróficas desdichas fue la gota que colmó el vaso. Mel no podrá contar frente al Lugo con N’Diaye por acumulación de amarillas. Y veremos si llegan Escassi y Manolo Reina por problemas físicos. Nadie frena la caída de este equipo que tiene muy mala pinta. En lo ofensivo preocupa tanto que asusta.
Después de echar el cerrojo a la portería en las dos ultimas jornadas, el Málaga viajaba a Butarque para medirse en un duelo a vida o muerte frente al Leganés, antepenúltimo. Uno de esos partidos en los que sumas y tú rival no. Encuentros de seis puntos en los que también golpeas en lo anímico aparte de en lo clasificatorio. Y de nuevo los malaguistas no estuvieron a la altura ni de la competición, ni del escudo, ni de los más de 300 blanquiazules que coparon la zona visitante. Todo ello a pesar de dominar durante gran parte del encuentro. Y es que los de Mel hicieron circular la bola en torno a la meta pepinera pero sin realizar ni un solo intento entre los tres palos. La movilidad de Villalba o la intención de Fran Sol no eran suficiente para atravesar con peligro el muro diseñado por Idiakez.
Pero una serie de catastróficas desdichas empujaron al Málaga a una nueva derrota. Todo comenzó con la lesión de Escassi, que no pudo seguir por un problema físico. Dos minutos después, le tocó a Manolo Reina. Aunque el trabuqueño pudo seguir a pesar de hacer saltar las alarmas echándose al césped de Butarque. Y la guinda fue el gol de Arnáiz, en la siguiente jugada. Bustinza habilitó la posición del habilidoso mediapunta que se plantó ante Reina para sentarlo y hacer el 1-0 a placer.
Este jarro de agua fría intentó compensarlo Mel desde la banca con la entrada de Loren, Rubén Castro y Cristian Gutiérrez, que debutaba con el primer equipo para encarar desde la banda y aportar ese perfil que esta plantilla no tiene. Pero ni con toda la artillería del mundo el Málaga habría igualado el partido. Porque está todo tan viciado que no parece que la cosa vaya a cambiar ni pasando 18 entrenadores diferentes. Esa es la triste realidad de la entidad de Martiricos que tiene que hacérselo mirar internamente si no quiere que el club juegue el curso que viene en la Primera Federación.
