El mercado inmobiliario español demostró una salud de hierro durante la pandemia y ahora afronta un nuevo desafío, la subida de los tipos de interés.
El ladrillo es un sector altamente sensible al encarecimiento del precio del dinero, esencial para el desarrollo de la actividad de los promotores y para que los compradores puedan acceder a su vivienda. Durante años, la financiación para la adquisición de residencia ha sido muy barata. Más barata que nunca en 2021. Pero el escenario va a empezar a cambiar en los próximos meses y las subidas de tipos van a convertirse en una variable clave para la evolución del mercado inmobiliario en nuestro país, capaz de desacelerar la demanda y de enfriar con ello el alza de los precios.
Aun así, el ladrillo español acusa también una escasez de oferta que va a servir de sostén para el incremento de los precios de la vivienda y que ya impidió su caída en la crisis de la pandemia. El desajuste entre la oferta y la demanda está creando evidentes tensiones de precios en ciertas zonas, como es el caso de Baleares y el centro de Madrid y Barcelona, que ya son comparables a los momentos más enloquecidos de la burbuja inmobiliaria que empezó a pincharse en 2008. Los expertos afirman que, pese a las señales evidentes de alarma de algunas zonas, el mercado español del ladrillo no está incubando una nueva burbuja. Esta vez, el riesgo de crédito que asumen los bancos está bajo control, ni promotores ni hogares están endeudados en exceso, y no hay un proceso especulativo en el que se esté construyendo de forma desbocada. Al contrario, la demanda es superior a la oferta, que queda absorbida con rapidez.
La elevada inflación y los tipos al alza van a impactar sin remedio, y ya lo están haciendo, en el mercado inmobiliario. Los datos disponibles muestran que los españoles han acelerado la adquisición de vivienda antes de que la economía cambie de tercio. El número de hipotecas constituidas sobre residencias aumentó en abril un 4,5% respecto al mismo mes de 2021. Se frenó respecto al aumento interanual del 18% de marzo, cuando se alcanzaron 43.378 operaciones, el mayor volumen desde 2011, si bien se trata de la cifra más alta en un mes de abril desde 2010, cuando se firmaron más de 50.000 hipotecas. Según destacan en CaixaBank Research, “el sector inmobiliario muestra una tendencia alcista a pesar del empeoramiento del escenario económico. Prevemos que esta tendencia se moderará con el aumento de los tipos de interés. La demanda de vivienda sigue fuerte, pero podría estar tocando techo”.