El Monasterio de La Cartuja de Santa María de la Defensión de Jerez de la Frontera, considerado el edificio religioso y monumental de mayor valor artístico de la provincia de Cádiz, abrirá sus puertas a visitas turísticas por primera vez en sus cinco siglos de historia.
La marcha, el pasado marzo, de las hermanas de Belén que los últimos 20 años habían vivido en clausura en este recinto de 90.000 metros cuadrados, ha impulsado a la Diócesis de Jerez, gestora de este patrimonio propiedad del Ministerio de Hacienda, a poner en marcha este proyecto.
El vicario general de la Diócesis, Roberto Romero, y el encargado equipo diocesano de gestión de La Cartuja, Manuel Pareja, han dado hoy a conocer los detalles de este proyecto. Por el que el recinto comenzará a recibir visitas previsiblemente a partir del próximo septiembre.
“Queremos seguir siendo un referente espiritual y litúrgico”, ha explicado Roberto Romero, sobre la nueva etapa que se abre para este monasterio.
El vicario también ha anunciado que “gracias a Dios” a partir del próximo septiembre el monasterio tendrá de nuevo vida religiosa. Con la llegada de las hermanas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo, una orden fundada en Brasil hace 40 años que será la encargada de la pastoral y la liturgia del centro.
Estas monjas tienen una vida activa. Distinta a la contemplativa, de silencio, oración y soledad que han vivido en el monasterio primero los monjes cartujos y después las hermanas de Belén.
Cinco siglos de historia y arte
La “casualidad”, en palabras del historiador Javier Jiménez López, ha querido que esta nueva etapa del monasterio coincida con el momento “simbólico” de la celebración, en 2024 y 2026, del 550 aniversario de la fundación del monasterio. Y de la llegada de los primeros monjes cartujos que lo habitaron.
El origen de la Cartuja de Santa María de la Defensión hunde sus raíces en 1369. Cuando se produjo entre cristianos y musulmanes la denominada “Batalla de la Defensión”.
Los cristianos atribuyeron su victoria a la intervención de la virgen María. Por lo que levantaron un pequeño santuario, hoy llamado Capilla de Caminantes, en el atrio de la Cartuja.
Cien años después, en 1474, el caballero jerezano Álvaro Oberto de Valeto ofreció una generosa donación para levantar el monasterio.
Los cartujos vivieron en él desde 1476 hasta 1835, año en que lo abandonaron con el proceso de desamortización. En 1948 regresaron a Jerez, hasta que en 2001 se marcharon.
Su construcción abarcó un total de 400 años, por lo que por él se entrelazan el Gótico, el Renacimiento y el Barroco.
Artistas de la talla de Zurbarán, Martínez Montañés, José de Arce, Pedro Roldán o Esteve Bonet contribuyeron a su patrimonio. Aunque las visitas actualmente no podrán encontrar todos sus trabajos en el monasterio.
“Este patrimonio desde la desamortización y la intervención de los franceses ha quedado disperso”, relataba hoy Manuel Pareja.
Más usos para hacerlo sostenible
Por ejemplo algunas partes de su retablo mayor, realizado por Zurbarán, están en el museo Metropolitan de Nueva York. Otras de las pinturas que este artista hizo para La Cartuja están en museos, entre ellos el de Cádiz. Y algunas piezas decorativas se han llegado a perder.
Pareja ha explicado que sólo con el dinero de las entradas de las visitas el monasterio “no será sostenible”. Por lo que el equipo de gestión se plantea realizar “experiencias temáticas premium”. Y conseguir “otras fuente de ingresos”, como una hospedería, una casa de ejercicios espirituales o la celebración de “eventos respetuosos con el entorno”, como citas musicales, o incluso la celebración de bodas.
“Tenemos la necesidad de generar ese retorno, no con el objeto de que la Diócesis obtenga rédito, sino para sufragar su mantenimiento”, ha explicado Pareja, que ha recordado que en los últimos 20 años la Diócesis ha realizado una inversión “muy importante”, del 48 % de los gastos que ha habido.
La Diócesis, a la que Hacienda ha cedido el uso del espacio pro cincuenta años, ha pedido a todas las administraciones que se involucren en el proyecto para que la sociedad “pueda disfrutar de este monasterio y conocer su historia” y tener la experiencia de entrar en un lugar en el que “se para el tiempo”.
“Como dijo nuestro obispo, las visitas turísticas serán una nueva forma de evangelización, serán más que enseñarle al visitante el patrimonio tan inmenso”, ha explicado el vicario.
A lo largo del próximo curso, en una fecha aún por determinar, se iniciarán las visitas guiadas de martes a domingos, en dos horarios de mañana y dos por la tarde. Una nueva web y una app estarán disponibles para los visitantes.