Un total de 163.604 estudiantes de 409 centros educativos sevillanos trabajan en el aula la promoción de hábitos saludables, a través del programa CIMA, para la Innovación y Mejora del Aprendizaje impulsado por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional. Además, cuenta con la implicación de 10.074 docentes. El programa CIMA hábitos saludables estudiantes sevillanos
El programa CIMA trabaja los hábitos saludables con más de 163.000 estudiantes sevillanos
Con esta iniciativa, la Consejería se suma a la celebración Día Mundial de la Salud, que conmemora la fundación de la Organización Mundial de la Salud cada 7 de abril, y que destaca la importancia de la salud en la vida de las personas a nivel global. Este año, bajo el lema «Mi salud, mi derecho«, se reflexiona sobre el principio de que todas las personas tienen derecho a disfrutar de salud física y mental.
El Programa CIMA incluye entre sus objetivos promover la transformación de los escenarios de aprendizaje hacia la salud y el bienestar del alumnado desde los principios de sostenibilidad, capacitándolo como agente del cambio para mejorar la salud de la comunidad educativa y del entorno, fomentando el autocuidado, la educación emocional, la movilidad sostenible y la educación ambiental.
Durante el curso 2023/2024 se impulsan hasta ocho líneas de actuación temáticas diferentes, como respuesta a las necesidades de los centros educativos participantes desde la personalización de los aprendizajes, trabajando cuestiones de gran relevancia social como: Inteligencia emocional y bienestar, Alimentación saludable, Actividad física y deporte, Sueño saludable y autocuidado, Educación afectivo-sexual, Higiene digital, Ocio saludable. Prevención del consumo de sustancias adictivas y/o Educación vial.
Asimismo, durante este curso escolar se consolidan recursos tan potentes para la educación y promoción de la salud como la Asesoría Forma Joven dirigida a jóvenes de centros educativos de secundaria o la mediación en salud. Con todo ello, la Consejería apuesta por el impulso de ambientes favorables a la salud, el bienestar del alumnado y modos de vida salutogénicos que influyen directamente en la vida del alumnado y la comunidad educativa, pudiendo construir así una sociedad más sostenible, saludable y resiliente.