Después de probar suerte en la modalidad de comparsa el año pasado, José Antonio Vera Luque vuelve con su chirigota: Frente talibán de la República irreverente de Kadikadistán. Es él quién se encarga de la composición de la letra y la música.
El público, que se ha pasado todo el intermedio cantando Los Hinchapelotas, recibe con muchas ganas a esta chirigota. Se sube el telón y aparece un grupo de talibanes armados hasta los dientes a las puertas de La Caleta. Con una presentación muy humorística, la agrupación anuncia que va a hacer un califato en Cádiz: «Que Cádiz ya no es Cádiz, que Cádiz es Kadikadistán. Y puerta tierra, Kadistán nada más». Además, la religión en este califato será el carnaval y el Dios, Antonio Martínez Ares.
El primer pasodoble es un canto a la religión de este califato y una crítica a aquellos que se enfadan por el humor del Carnaval de Cádiz: «se cargan la esencia de los carnavales». La segunda letra critica la suciedad de las calles de Cádiz y a la política de limpieza y conservación de la alcaldía de José María González ‘Kichi’: «y por eso le digo al que venga: trabaje, trabaje, trabaje y levante a mi tierra, que está la tacita que da pena verla».
Los cuplés van de tres en tres. Los primeros hacen humor con el experimento del año pasado en comparsa, con las acciones de los activistas por el clima y con un diálogo entre Juan Carlos I y Pedro Sánchez. La segunda tanda trata el ictus de Kiko Rivera, el pregón de Joaquín Quiñones y el caso de Dani Alves. «¿Con extremismo? Con este mismo. Y me he quedado con este mismo» es el final del estribillo de esta chirigota que ha despertado muchas risas en el público.
En el popurrí se desarrolla más el tipo. Estos talibanes ponen orden en Cádiz y le piden la alcaldía al ‘Kichi’ para devolverle la identidad a Cádiz. Más tarde, presentan su academia de inmolación y arrestan a un madrileño que buscaba la Taberna Casa Manteca por el barrio de Puntales.
Los aplausos y los silbidos no cesan mientras esta chirigota da las gracias y saluda al público.