La selección española masculina de fútbol llegó este miércoles por la tarde a Madrid desde Doha tras caer eliminada en el Mundial de Catar 2022 el martes ante Marruecos en octavos, fin de trayecto inesperado al objetivo de llegar lejos y buscar una segunda estrella.
La campeona del mundo en 2010 dejó otro fiasco en la Copa del Mundo como le ocurriese en Brasil 2014 y Rusia 2018. En Catar, el equipo de Luis Enrique Martínez, quien tratará su continuidad en los próximos días con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), cedió en los penaltis en octavos de final ante su vecino africano, el cual había llegado a los cruces como revelación.
La delegación española salió de Doha a primera hora de la mañana y aterrizó en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas cerca de las cinco de la tarde. Ni los medios de comunicación ni los pocos aficionados presentes pudieron ver o hablar con los jugadores, ya que salieron por la terminal ejecutiva tras el aterrizaje en la T4.
Varios futbolistas se quedaron en Doha, aprovechando las vacaciones que tendrán ahora los jugadores españoles antes de la reanudación de las ligas nacionales. Ya en Barajas, a través de las cristaleras se pudo ver a Luis Enrique despidiendo con abrazos a los suyos, mientras que el director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), José Francisco Molina, salió por la terminal normal pero sin dejar declaraciones.
La selección, que viajó también con el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, a la cabeza, separó sus caminos en Barajas, de donde salieron el pasado 15 de noviembre rumbo a Catar, previo paso por Jordania para un amistoso. ‘La Roja’ salió entonces con la moral alta y la ambición de llegar a la final y pelear por una segunda estrella, pero pronto se encendieron las alarmas.
Después del plácido debut contra Costa Rica, España empató con Alemania y perdió con Japón. Con todo, como segunda del Grupo E, el camino apuntaba a asequible para los de Luis Enrique: Marruecos y Portugal o Suiza en octavos y cuartos de final. Ante los marroquíes terminó el sueño español, el cual se tornó pesadilla una vez más.