Dolor y consternación en la Diócesis de Málaga. Al filo de la madrugada de ayer miércoles llegaba la noticia del fallecimiento del párroco de las iglesias de los Santos Mártires y de San Juan, Felipe Reina Hurtado, tras una batalla contra un cáncer de pulmón que le fue diagnosticado hace unos meses y que no ha logrado superar. Desde las cuentas oficiales de la propia Diócesis malagueña y de la Agrupación de Cofradías lamentaban la muerte del sacerdote, rogándole a todos los cofrades “una oración por su eterno descanso”.
Muy querido y vinculado a las hermandades de la capital -fue delegado diocesano de hermandades y cofradías, además de director espiritual de diferentes corporaciones, desempeñando actualmente este rol en las Reales Cofradías Fusionadas- el párroco llevaba ligado a la Diócesis de Málaga desde hace cuatro décadas, donde recaló tras su formación eclesiástica en su Córdoba natal y en la capital hispalense.
Durante su estancia en la ciudad, el presbítero desarrolló una amplia labor como párroco en distintos templos de la capital, así como en la Santa Iglesia Catedral Basílica, de la que era vice deán y canónigo. El sepelio y entierro del sacerdote tendrá lugar en este enclave mañana viernes, a partir de las 11.30 horas, hasta donde será trasladado el cuerpo desde la parroquia de los Santos Mártires, en la que ya se encuentra ubicada su capilla ardiente para que todo aquel que lo desee pueda visitarla hasta las 21.00 horas.