Después de quedarse el año pasado en semifinales con Los conquistadores, Germán Rendón vuelve con ganas. Bajo el nombre de Los trampucheros y la dirección de Adrián Páez, se presenta esta comparsa.
Cuando el telón se sube, podemos ver un grupo de mafiosos con trajes de chaqueta y el atrezo que simula una calle de Cádiz. Se presentan estos comparsistas describiendo a un personaje que, mediante trucos y estafas, se gana el pan.
El primer pasodoble, «por justicia y puro carnaval», se lo dedican a Joaquín Quiñones y critican a todos los autores actuales que han pedido el respeto y se han olvidado de los autores antiguos. La segunda copla reivindica que el IX Congreso de la Lengua Española se celebre en Cádiz y, de paso, el léxico de esta tierra y el acento: «hablando un español muy diferente al castellano».
El primer cuplé hace un chiste con las borrascas y los embutidos congelados de los supermercados. El segundo versiona la canción Monotonía de Shakira y acaba estar dedicando a Antonio Martínez Ares. «Cuando uno se enamora, trampucherías no valen» es el final de un estribillo en el que los componentes se dejan la piel al interpretarlo.
Para finalizar el pase por preliminares, esta comparsa desarrolla más el tipo con anécdotas del propio personaje en un popurrí muy variado. Mencionando a algunas agrupaciones de otros años y otros autores, describen lo que es el trampuchero: «es como si pusieras a Cádiz en frente de un espejo». En otra cuarteta, sacan unos periódicos para criticar el papel de la prensa y comentar temas de actualidad.
Un gran aplauso y el público en pie emocionan a esta comparsa que desaparecen contentos detrás del gran telón rojo.
