Hasta 3.000 llamadas durante tres cursos bastan a la Fiscalía de Málaga para acusar a un docente que estuvo controlando supuestamente a una alumna que por entonces tenía 12 años.
La acusación le le atribuye supuestos delitos de abusos sexuales continuados, acoso sexual y acoso digital a través de telecomunicaciones.
El docente comenzaría a finales de 2014 a tener conversaciones en privado con una de sus alumnas, que en un principio estaban relacionados con la rutina escolar, pero al poco tiempo se tornó hacia la vida personal y sexual.
La situción fue creciendo hasta el punto de abusar de la menor ejerciendo sobre ella una presión de superioridad.
La fiscal ha solicitado una pena de prisión de 13 años y 4 mes, una orden de alejamiento de 500 metros con la prohibición de comunicación por cualquier medio durante un periodo de 10 años y una indemnización de 50.000 euros por los daños ocasionados