La asociación Hispania Nostra ha incluido dos edificios de Málaga capital en su lista roja, que recoge un millar de monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción y alteración de sus valores.
«Abandonados, arruinados y sin ningún mantenimiento» asegura la asociación que se encuentran la Huerta de Godino y el Corralón de las Dos Puertas, ambos en la ciudad de Málaga.
El primero de ellos, Huerta de Godino, es una enorme noria de agua, un ingenio hidráulico muy común de la era preindustrial, cuya finalidad consistía en obtener el preciado líquido directamente de los ríos, arroyos o del subsuelo, encauzarlo y distribuirlo para poder regar las cercanas y productivas huertas.
Según algunos textos, la noria puede tener su origen en el siglo XIV o XVII. Actualmente, «no goza de ningún grado de protección oficial, y el monumento se haya en un total estado de abandono», aseguran.
Así, explican que la única obra de mantenimiento realizada en ella en los últimos 30 años ha sido revestirla con cemento para evitar que se agriete y se venga abajo. Además, su parte superior se ve coronada por un pequeño bosquete de árboles o grandes arbustos que le confieren un «pésimo estado y en riesgo cierto de destrucción».
Por su parte, el corralón, denominado ‘de las Dos Puertas’ por tener entrada por la calle Curadero y por la calle Rosal Blanco, se encuentra recogido en varias obras sobre la vivienda obrera y popular en Málaga. Era uno de los últimos que se mantuvieron habitados, hasta que fue desalojado por su estado de conservación en 2013, tras lo cual «fue completamente abandonado».
El corralón mantiene la tipología clásica de la casa de vecinos malagueña: el patio es el elemento organizador del espacio, las galerías son abiertas. El exterior es sencillo, de planta baja, y todos sus vanos son adintelados, presentando los de la planta primera balcones de poco vuelo.
Según Hispania Nostra se encuentra en «un estado de ruina aparente», tapiado y desde la calle Rosal Blanco se observa cómo la medianera tiene una parte caída, permitiendo la entrada de agua de lluvia y aumentando el riesgo de desplome.