La inmigración se ha colocado como primer problema nacional según el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de septiembre, en el que se anota el doble de menciones que en julio, pasando del un 16,9% a un 30,4%, lo que la coloca por delante de los problemas políticos y del paro, y en unos registros que no se veían desde 2007, tras la conocida como ‘crisis de los cayucos’.
Según este estudio, presentado este miércoles y basado en 4.027 entrevistas realizadas en los seis primeros días del mes, el segundo problema de España son los de índole política, con un 20,6% similar al de la encuesta anterior, mientras que la tercera plaza la ocupa el paro, que cae seis puntos y se queda en el 20,1%.
El incremento de la preocupación por la inmigración llega con la crisis migratoria agravada durante el verano y la falta de acuerdo entre el Gobierno y el PP para reparto de los menores migrantes que están llegando a Canarias.
El CIS arranca el cuestionario con una serie de preguntas específicas sobre la inmigración y las desigualdades en el mundo, y después pide a las personas entrevistadas que nombren los que considera los tres principales problemas del país.
AYUDAR A LOS PAÍSES POBRES
Así, el 96,6% considera que existen «muchas desigualdades» entre los países pobres y los ricos, el 54% cree que éstas son ahora mayores que hace tres décadas y el 77,8% se confiesa muy o bastante preocupado por esta situación.
Además, el 87,3% asume que esas desigualdades son una de las causas que explican el aumento de la inmigración en España y un 72,2% es partidario de que se hagan «más esfuerzos para ayudar a desarrollarse a los países más pobres», frente al 21,8% que se muestra en contra de trabajar en esa línea.
Con este panorama, las menciones a la inmigración llegan al 30,4%, frente al 16,9% de julio, cuando se situó como cuarto problema del país. Hace un año apenabas recababa un 5,7% y ahora vuelve a los niveles que registró en 2007, pero aún está lejos de su récord, el 59,2% de septiembre de 2006, cuando estalló aquella ‘crisis de los cayucos’ durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.
INMIGRACIÓN, PRINCIPAL PROBLEMA TAMBIÉN PARA LOS SOCIALISTAS
Si desglosamos la preocupación de los españoles en función de lo que votó en las últimas elecciones generales del 23 de julio del año pasado. La inmigración se situa como el principal problema para España, según el CIS, no solo para los votantes de Coalición Canaria (83,7%), Vox (58,4%), PNV (38,8%), PP (36,6), Junts (34,1) o UPN (33,33). Sino también para los votantes socialistas, con un 23,7%.
Mientras que para los socios habituales del PSOE, sitúan otras cuestiones como el principal problema para sus votantes. En el caso de Sumar, la vivienda (33,8%), para los de ERC los problemas políticos (27,2%) o las desigualdades para los fieles de Bildu con un 29,5%.
Tras los problemas políticos (20,6%) y el paro (20,1%), la cuarta plaza de la tabla general es para la crisis económica con el mismo 19,8% de julio. Le siguen la categoría «desigualdades, incluida la de género, las diferencias de clases y la pobreza», que pasa de la novena a la quinta posición al subir casi siete puntos, hasta el 16,1%, y la vivienda que aumenta cerca de dos puntos y se coloca con un 15,4%.
La calidad del empleo (13,7%), el mal comportamiento de los políticos (12,2%), el Gobierno y los partidos (10,4%) y la sanidad (9,6%) completan el ‘top ten’ de preocupaciones nacionales.
PROBLEMAS PERSONALES
Los asuntos que más preocupan personalmente a las personas a las que ha consultado el CIS son, por este orden, la crisis económica (30,2%), la sanidad (17,1%), los problemas relacionados con la calidad del empleo (16,5%), la vivienda (15,3%), la inmigración (13,7) y el paro (11,7%).
Respecto a la situación económica de España, un 53,2% la considera «mala o muy mala» (dos puntos menos que en julio), mientras que un 35,2%, similar al del barómetro anterior la juzga «buena o muy buena».
El 65% sostiene que su situación financiera personal es «buena o muy buena», igual que en julio, frente al 23,1% que la califica como «mala o muy mala», un porcentaje ligeramente superior al de antes del verano.