La misa crismal en la Catedral de Granada fue concelebrada por el arzobispo emérito y Gil Tamayo. La Catedral de Granada acogió este Miércoles Santo la misa crismal, que estuvo presidida por el arzobispo, José María Gil Tamayo, y concelebrada por el arzobispo emérito, Javier Martínez, junto con el clero diocesano, que renovaron sus promesas sacerdotales.
Esta ceremonia bendice como es tradición los santos óleos, que se utilizarán a lo largo del año en los sacramentos del bautismo, la confirmación y la unción de enfermos, y consagra el Santo Crisma para el orden sacerdotal y la ordenación episcopal. Asimismo, se utilizan para la dedicación de nuevas iglesias, la consagración de los nuevos altares y la consagración de campanas, según ha detallado el Arzobispado de Granada en una nota de prensa tras la misa crismal en la Catedral.
La misa crismal en la Catedral de Granada fue concelebrada por el arzobispo emérito y Gil Tamayo
Monseñor José María Gil Tamayo se refirió a esta celebración como la del «día de la sacramentalidad en la Iglesia y de Cristo, que es el Sacramento de Dios», al mismo tiempo que ha recordado las palabras de San Pablo dirigidas a los filipenses, invitándoles a «tener los mismos sentimientos» de Jesús.
ORACIÓN POR NICARAGUA
Al clero y a los fieles en su conjunto Gil Tamayo los invitó a orar por las vocaciones sacerdotales, así como por los sacerdotes mayores, los enfermos, los dependientes y quienes han fallecido. También pidió oraciones por Nicaragua, «cuya Iglesia se encuentra perseguida, también sus pastores», y anunció la llegada de dos presbíteros nicaragüenses en la diócesis que «han tenido que salir de su país».
Al clero y a los fieles en su conjunto Gil Tamayo los invitó a orar por las vocaciones sacerdotales, así como por los sacerdotes mayores, los enfermos, los dependientes y quienes han fallecido. También pidió oraciones por Nicaragua, «cuya Iglesia se encuentra perseguida, también sus pastores», y anunció la llegada de dos presbíteros nicaragüenses en la diócesis que «han tenido que salir de su país».
Al clero y a los fieles en su conjunto Gil Tamayo los invitó a orar por las vocaciones sacerdotales, así como por los sacerdotes mayores, los enfermos, los dependientes y quienes han fallecido. También pidió oraciones por Nicaragua, «cuya Iglesia se encuentra perseguida, también sus pastores», y anunció la llegada de dos presbíteros nicaragüenses en la diócesis que «han tenido que salir de su país».