La doble amarilla por protestar a Trujillo Suárez dos minutos después de haber conseguido la remontada, fue una losa insalvable para un Málaga que hizo lo más complicado ante uno de los mejores equipos de la categoría. Lago Junior y Fran Sol enmendaron el error de Andrés Caro que costó el 1-0 antes del minuto cinco de encuentro. Aunque todo se diluyó en el segundo tiempo. Manu Fuster sacó a pasear la varita para dejar a los blanquiazules sin premio. Con los rivales por jugar, la salvación sigue a cinco
Cómo ante el Oviedo, el Málaga CF cayó derrota en su visita al Albacete en gran parte por culpa de otra roja absurda por protestar (3-2). A Luis Muñoz se le cruzó el cable después de un lance con Manu Fuster. El capitán se encaró con Trujillo Suárez tras ver la primera amarilla y ahí, en el intercambio de improperios, acabó expulsado. A raíz de la roja, el Albacete se hizo con el partido y masacró a los de Pellicer con el fútbol de Manu Fuster.
El encuentro fue una auténtica montaña rusa. Sobre todo en un loco primer tiempo en el que pasó absolutamente de todo. Hasta lo impensable, que el Málaga remontase un partido. Porque Higinio en el inicio puso a los locales por delante después de aprovechar un fallo de Andrés Caro. El error grosero de siempre esta vez le tocó al canterano. Sin embargo, y lejos de hundirse como en otro partidos, Lago Junior y Fran Sol le dieron la vuelta al marcador con dos cabezazos inapelables a centro de un excelso Cristian Gutiérrez que las puso con mimo, calidad y cariño. Impulsados desde la grada, los de Pellicer habían hecho lo más complicado.
Pero dos minutos después de celebrar uno de los goles más importantes de la temporada, al capitán se le cruzaron varios cables. Manu Fuster cortocircuitó a un Luis Muñoz que, después de un intercambio leve de empujones, vio la primera amarilla y se encaró con el colegiado Trujillo Suárez viendo la segunda y dejando al equipo con 10 desde el 36’. Una acción calcada a la de Esteban Burgos ante el Oviedo. Inaceptable.
El descanso permitió a los locales refrescar automatismos y superaron a los de Pellicer a base de fútbol. Manu Fuster recogió las llaves que había dejado por el césped Luis Muñoz para sacar a relucir su varita y participar activamente en los dos goles de la remontada. Él se encargó del empate y dio la preasistencia del 3-2 de Dubasin que sería el definitivo. Porque con uno menos, y sin fuerzas, los malaguistas no pudieron ni pelear un mídete punto.
La rendición de Luis Muñoz deja al Málaga muy tocado de nuevo, ya que los malaguistas merecieron mucho más. Y es que habrían obtenido un mayor botín de no haber jugado con 10 durante más de una hora de partido. Quedan 15 partidos. O lo que es lo mismo, 45 puntos. Si lo rivales siguen siendo benévolos, la salvación seguirá a cinco. Si alguno gana, se marchará hasta los ocho puntos.