Los cajistas acumularon un paupérrimo 27 de 72. O lo que es lo mismo, sólo anotaron el 37,5 por ciento de los intentos. Esta vez nadie acudió al rescate de un equipo que demostró estar algo cansado el esfuerzo copero. Con tres triunfos y una derrota, los de Ibon Navarro siguen dependiendo de sí mismos para acceder al Top 8 de la BCL. Aunque será Atenas la que dicte sentencia
Los nefastos porcentajes de tiro enterraron todas las opciones del Unicaja en Estambul (72-67). El Galatasaray, con Russell como faro, ponen pasan de casi eliminados a avivar un Grupo K que parecía sentenciado. Y es que es prácticamente imposible ganar un partido con un 37,5 por ciento en tiros de campo. Pero desde el principio se vio venir.
Porque ya en los primeros instantes de partido los malagueños se sintieron incómodos en suelo turco. La dirección de Russel y los puntos de McGee dispararon a los otomanos tras un 10-0 de parcial (13-5, min 6). Que menguó al final del acto, porque el Unicaja cual hormiguita, fue recortando la distancia (21-16, min 10).
Con Carter al aparato, los cajistas le dieron la vuelta al electrónico (26-27, min 14), para después dejarse ir en un mal final de cuarto. Porque después de igualar en intensidad (34-34, min 17), los turcos metieron la directa con un Russell absolutamente desatado (41-37, min 20).
El descanso le dio el tiempo necesario a Ibon Navarro para buscar soluciones. Y las encontró con Will Thomas. Que fue un auténtico quebradero de cabeza para el Galatasaray (47-48, min 26). Este buen momento le dio a un Unicaja la máxima del encuentro a su favor con el +6 (52-58, min 28). Aunque Caloiaro y McGee se negaron a entregar el partido (56-58, min 30).
Pero la debacle llegaría en un nefasto último cuarto en el que los de Ibon Navarro sucumbieron al trabajo sencillo de los turcos. Porque el Unicaja sólo anotó nueve puntos a lo largo del periodo en el que incluso llegó a tener bola para empatar (69-67, min 28). En ese acción Osetkowski no logró retener un rebote que Caloiaro convirtió en dos puntos desde el tiro libre. Esto, unido a los porcentajes irrisorios de Kalinoski (1/9 en T3), terminaron por enterrar las opciones cajistas que casi pierden el basketaverage al caer por 72-67.
El Unicaja se la jugará en Grecia ante el AEK en la última jornada si son capaces de hacer los deberes ante el Limoges la próxima semana en el Carpena. De poder clasificarse matemáticamente para el Top 8, a complicarse la vida en un grupo que ahora está más vivo que nunca.
