Los detalles evitaron que el debut del madrileño en la banca se saldase con victoria. Rubén Castro igualó una contienda que había inaugurado Collado con una sensacional volea. A pesar del punto, el Málaga sigue colista con cuatro puntos de 21 disputados.
El malaguismo acudía renovado al coso de Martiricos tras la salida de Guede. La llegada de Pepe Mel modificó el ánimo blanquiazul en los primeros minutos. Pero la historia se volvería a repetir. En un balón parado, Collado empaló la volea de su vida para adelantar al Villarreal B.
Lejos de caer como un jarro de agua fría, los de Pepe Mel se pusieron manos a la obra. Quizá con posesiones demasiado largas y sin ritmo. Aun así, el empate llegaría pronto. La sociedad que forman Gallar y Rubén Castro fue la que lo generó. El zurdo la colgó como en Miranda para que el ariete insular levantara al coso de Martiricos con el primer gol ante su nueva afición.
Tras el paso por vestuarios el Málaga se mostró mucho más enérgico y atrevido que el filial castellonense. Fruto de esta nueva versión llegó un tanto que finalmente fue anulado por posición incorrecta de Rubén Castro cuando Villalba le filtró el pase tras robar en campo rival. No sería la última del canario, que tuvo un cabezazo que cantó medio estadio por el efecto visual, pero que no llegó a entrar. Chavarría, pegado a banda, revolucionó el ataque blanquiazul llegando a línea de fondo y liderando la presión en terreno visitante. Pero no hubo manera.
Con este punto el Málaga CF rompe la racha de tres derrotas consecutivas que arrastraba de la era Pablo Guede. Eso sí, seguirá colista salvo que el Racing reciba una goleada. Aunque también se puede decir que tras 90 minutos este equipo juega a otra cosa.