Las autoridades de Polonia han alertado este jueves de que han recibido «fuertes presiones» para admitir que el proyectil que cayó el martes en el este del país procede de Rusia y no de Ucrania.
El viceministro de Exteriores polaco, Arkadiusz Mularczyk, ha señalado en una entrevista con la emisora Radio 24 que «ha habido grandes presiones» y ha destacado que, en caso de ser ruso, «esto hubiera puesto en marcha nuevas dinámicas en el país y en todo el mundo».
En este sentido, ha expresado su mayor simpatía con las familias de las dos víctimas mortales registradas a raíz de la caída del misil y ha incidido en que, «desgraciadamente, todo apunta a que ha sido un accidente desafortunado y no un acto intencionado por parte de Rusia».
Este mismo jueves, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha indicado que Kiev ha recibido una invitación para sumarse a una comisión internacional especial que investiga las circunstancias de la caída del proyectil, según ha recogido la agencia de noticias Ukrinform.
«Ayer insistimos en que debíamos ser incluidos en esta comisión. Efectivamente, nuestros expertos irán al lugar de los hechos y se unirán a la comunidad que lo investiga», ha puntualizado después de matizar que nadie está «seguro al cien por cien» de quién está detrás del lanzamiento.
Actualmente ya hay un equipo de investigadores polacos y estadounidenses trabajando en la zona, tal y como ha confirmado un asesor del presidente, Andrzej Duda, que ha descartado también que se tratase de un ataque intencionado contra Polonia.