Los principales accionistas que controlan Talgo siguen dando más valor a la oferta presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon, pese al nuevo interés mostrado por la checa Skoda Transportation. Talgo prioriza la oferta húngara sobre la checa y teme injerencias políticas. Además temen que las injerencias políticas puedan lastrar una operación que creen beneficiosa para la empresa.
Talgo prioriza la oferta húngara sobre la checa y teme injerencias políticas
De esta forma, valoran positivamente el precio de 5 euros por acción (620 millones de euros) de Magyar Vagon, frente a la incertidumbre que todavía rodea a la oferta lanzada por Skoda, que por ahora solo ha mostrado interés, sin ofrecer más detalles al respecto.
No obstante, fuentes del sector han trasladado a Europa Press que los principales accionistas, principalmente el fondo Trilantic –en el que participa la familia Abelló y algunos miembros de los Oriol (fundadores de Talgo)– seguirán abiertos a cualquier alternativa que sea beneficiosa para la compañía.
Oferta de Skoda
Toda vez que la oferta de Skoda ha surgido a raíz de los movimientos del Gobierno para buscar una alternativa a Magyar Vagon –participada al 45% por el Estado de Hungría, gobernado ahora por Víktor Orbán–, estos accionistas temen que las injerencias políticas trunquen una buena salida para Talgo, sus accionistas y sus trabajadores.
Este martes, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha defendido que el Gobierno cuenta con todas las herramientas necesarias para analizar cualquier propuesta para comprar Talgo, como la que ha transcendido este martes por parte del grupo checo Skoda.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Cuerpo se ha limitado a decir que el Gobierno está actualmente analizando la propuesta de Magyar Vagon y ha pedido prudencia hasta que no se conozcan más detalles sobre la oferta de Skoda.
Analizando una propuesta
«Ahora mismo estamos analizando la propuesta de una empresa húngara para hacerse con Talgo, entenderán que tenemos aquí un elemento de prudencia adicional hasta que no conozcamos más detalles específicos sobre esta operación de Skoda», ha señalado.
Cuerpo ha vuelto a hacer alusión al componente «estratégico» que supone Talgo para la economía española, por lo que la prioridad del Gobierno será buscar «socios industriales estables de largo plazo que contribuyan a la viabilidad del negocio».
«En cualquier caso, disponemos de la normativa y de las herramientas necesarias para canalizar y analizar todo este tipo de propuestas y, en concreto, en lo que se refiere a las propuestas que tienen que ver con nuestras empresas estratégicas. Y Talgo, evidentemente, es una de ellas, y lo que queremos asegurarnos es que tenga socios industriales estables de largo plazo que contribuyan a la viabilidad del negocio», ha zanjado al respecto.
ALTERNATIVA CHECA
El problema que el Gobierno ha visto en la oferta de los húngaros es que está participada al 45% por el Estado de Hungría, actualmente en manos de Viktor Orbán, relacionado con la extrema derecha y ahora también en conflicto con la propia Unión Europea.
Por ello, el Ejecutivo lleva meses intentando buscar alternativas de capital español, entre las que destaca CriteriaCaixa, el holding inversor de La Caixa, aunque este sería solo un socio financiero pero no industrial, que es lo que necesita Talgo para incrementar su capacidad y poder concluir los pedidos de trenes de sus clientes, entre ellos Renfe o el operador público alemán Deutsche Bahn.
En este punto es donde entra Skoda Transportation, un fabricante de trenes checo, actualmente sin relación con el famoso fabricante de coches, que desde 1991 forma parte de Volkswagen. Todavía comparten logo, pero solo hasta 2029, que se lo quedará en exclusiva la empresa de coches.
Skoda, participada al 85% por el grupo privado checo PPF, ingresó en 2023 cerca de 1.400 millones de euros, lo que supone más del doble de lo que facturó Talgo y mucho más que Magyar Vagon, que es más pequeña. En términos de empleo, tiene unos 8.000 trabajadores, frente a los 2.872 de Talgo o los 2.500 de la húngara.