El Servicio Andaluz de Teleasistencia lleva más de 20 años acompañando a los andaluces, sobre todo, personas mayores que viven solas. Más de 588.753 usuarios, 88 millones de llamadas gestionadas, una plantilla que ha crecido hasta alcanzar las 531 personas, y todo en dos décadas de trabajo cargado de buenhacer, cariño y que se ha ido complementado con los últimos avances tecnológicos para poder gestionar casi 15.000 llamadas diarias.
La teleasistencia no solo es ese botón rojo que conecta con la teleoperadora en caso de una emergencia sino que es un completo e integral servicio que va mucho más allá de sus inicios. El Servicio Andaluz de Teleasistencia, que cuenta con dos centrales (Sevilla y Málaga), además de hacer un seguimiento de la persona usuaria o darle conversación para evitar la sensación de aislamiento, actúa ante situaciones de emergencia y, además, desde 2020 facilita la coordinación sociosanitaria.
Además, según indica la Junta, desde hace dos años cuenta con una aplicación que permite la integración con la plataforma de Salud Responde, de forma que desde Teleasistencia se puede acceder de forma directa a servicios de salud, tales como la consulta, asignación, anulación y modificación de citas, consultar el estado de las agendas de los médicos y médicas de atención primaria y realizar consultas sobre algunas citas de especialistas. Todo en favor y ayuda de las personas que necesitan este servicio.
Igualmente, gracias a la importante evolución tecnológica de todos estos años, este servicio, que siempre se ha desarrollado mediante el contacto telefónico, ahora dispone de una nueva posibilidad: la instalación de nuevos equipos que permitan contar con el dispositivo aunque no se tenga un teléfono fijo. Del mismo modo, también hay aparatos móviles para poder contar con la Teleasistencia, no solo dentro del domicilio, sino también cuando salen de casa para, gracias a un geolocalizador, saber dónde se encuentra la persona en caso de que sufra un percance.
El espectro de personas usuarias también ha ido ampliándose con el paso de los años y, aunque el perfil principal es el de una mujer que vive sola, el servicio se ha adaptado a colectivos con necesidades especiales como las personas afectadas con la enfermedad ELA o se ha abierto la colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), de manera que en 2021 se puso en marcha un protocolo para la detección de víctimas de violencia de género entre la población atendida por el servicio.
De este servicio es todo un experto Fernando Álvarez, el cual lleva 18 años al otro lado del teléfono de la Teleasistencia. Cargado de ilusión y ganas de ayudar llega cada día a su trabajo, el cual, como él mismo dice a boca llena, le hace «feliz». «Cada persona tiene su historia, te acercas a ellos, los conoces y, al final, las personas usuarias son como tu familia».
Comenta que es «muy gratificante» poder ayudar al que lo necesita, dar conversación a personas que se sienten solas, escuchar y poner «los cinco sentidos» a la persona con discapacidad cognitiva, por ejemplo, que llama y requiere un servicio. Con una empatía contagiosa, Fernando asegura que, en muchas ocasiones, se lleva el trabajo a casa.
«Es muy difícil no pensar luego en lo que te cuentan para ponerte en su lugar», narra este profesional que quiere jubilarse al lado del teléfono. Llegó en los primeros años de este servicio y ha visto cómo ha crecido, tanto en compañeros como en número de usuarios, y cómo las nuevas tecnologías han ido ampliado las opciones y posibilidades de ayuda.
Se trata de tener «mucha psicología» porque cada persona tiene unas necesidades, puede estar pasando un mal momento y esa ventana a la conversación debe ser «entretenida, centrada en sus intereses» y sobre todo, intentando ser resolutivos.
De las llamadas que las personas usuarias realizan al SAT pulsando el botón de su dispositivo de teleasistencia (llamadas entrantes), una parte importante se producen por motivo de conversación y compañía (29%), de ahí el importante papel que juega esta prestación para paliar situaciones de soledad y aislamiento social. También destacan las llamadas por motivo de emergencia u otras demandas de servicios de salud (29%), llamadas relacionadas con el funcionamiento técnico del servicio (25%) o para solicitar algún tipo de información sobre prestaciones sociales (17%).
«Preguntan muchas dudas, necesitan que les ayudes con gestiones con el centro de salud, y es que este botón rojo, como muchos lo llaman, les da seguridad y tranquilidad porque sienten que hay alguien ahí para ayudarles y es que así es», nos cuenta Fernando con ese brillo en los ojos que da el sentirse realizado y útil para los demás. «Nadie se imagina el cariño que se recibe», comenta ilusionado.
En todos estos años al otro lado del teléfono, este profesional se ha visto con todo tipo de situaciones, anécdotas y conversaciones de lo más edificantes, e incluso, pintorescas, pero lo que tiene claro es que también ha cambiado el perfil de las personas mayores que cada vez son más activas, más conscientes de la necesidad del autocuidado.
El Servicio Andaluz de Teleasistencia, pionero a nivel nacional en su gestión directa y pública, aporta seguridad y tranquilidad a los usuarios, usuarias y a sus familiares. De hecho, cuenta con una puntuación de 9,6 sobre diez por sus usuarios, lo que evidencia la alta satisfacción como se refleja en los múltiples premios recibidos.
Esa sensación es la que vive Teresa Migueles, de 83 años, la cual lleva once años siendo usuaria de este servicio, el cual puso en su hogar debido a la enfermedad de su marido. «Mi esposo estaba enfermo y mi hijo nos lo gestionó y desde entonces siempre han sido de mucha ayuda», narra esta sevillana, la cual ha recurrido al botón rojo cada vez que lo ha necesitado como cuando su marido tenía problemas de salud.
«Avisaban y muy rápido estaban aquí los servicios sanitarios, le han salvado la vida varias veces», ha contado Teresa, que considera que gracias a la eficacia de la Teleasistencia su marido fue siempre atendido de manera eficaz por los servicios sanitarios.
Agradece de todo corazón el trato «cariñoso y siempre atento» de los profesionales del Servicio de Teleasistencia y cree que, aunque ahora su hijo vive con ella, este sale a trabajar y la seguridad de saber que siempre hay alguien para poder ayudarla «es una tranquilidad inmensa» por lo que desea y espera que el Servicio Andaluz de Teleasistencia cumpla, como mínimo, otros 20 años más.