Toda la población andaluza ha respirado aire contaminado por ozono en un «verano tórrido», según se desprende del informe estatal sobre ozono elaborado por Ecologistas en Acción presentado este miércoles y que analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2023 en casi 500 estaciones de medición repartidas por todo el territorio español, entre ellas 59 situadas en Andalucía.
La organización ecologista ha explicado que «los niveles de ozono han repuntado en Andalucía como consecuencia de la primavera y el tercer verano más cálidos desde 1961, con varios episodios cálidos entre abril y septiembre y cuatro intensas olas de calor en julio y agosto», afectando «a toda la población andaluza», según se detalla en una nota de prensa.
«Las tres zonas donde en el trienio 2021-2023 se ha incumplido el objetivo legal para la protección de la salud en al menos una estación (zona industrial de Huelva, núcleos intermedios y zonas rurales) suman 3,8 millones de habitantes, el 44 % de la población. Y las siete zonas donde se habría superado el nuevo objetivo legal propuesto para 2030 por la Comisión Europea (las citadas y Córdoba, Bahía de Cádiz, área metropolitana de Sevilla y Villanueva del Arzobispo) suman 6,4 millones de habitantes, el 76 % de la población», constata el informe de Ecologistas en Acción.
La frecuencia de las superaciones de los estándares de la OMS y legal ha sido algo inferior a la de los años previos a la pandemia, con descensos de respectivamente el 7% y el 12% en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de Andalucía, aunque en 2023 se han producido dos superaciones del umbral de información en la ciudad de Sevilla, coincidiendo con la ola de calor del 11 de agosto.
El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire por ozono, por el aumento de la radiación solar, el alargamiento progresivo de la duración del verano (estimado por la Aemet en un día al año) y la reducción de las precipitaciones, a sumar a otros «inconvenientes» ambientales entre los que en 2023 hay que destacar en España la intensa sequía primaveral, estival e incluso otoñal.
La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, que causa cada año en torno a 2.500 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, afectando a niños, mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades cardiorrespiratorias. Durante el verano de 2023, el Instituto de Salud Carlos III ha identificado en Andalucía 400 muertes por las elevadas temperaturas.
Ecologistas en Acción entiende que «la información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. La Junta de Andalucía se ha limitado a difundir un aviso rutinario durante el episodio de ozono en la ciudad de Sevilla, sin que su Ayuntamiento activara el protocolo de actuación ante episodios de contaminación del aire. Como la mayoría de los municipios andaluces no han cumplido su obligación legal de poner en práctica sus planes locales frente al cambio climático, no se están acometiendo medidas de reducción de la contaminación y de adaptación al sobrecalentamiento».
En este sentido, la asociación ecologista considera «inaceptable» que un año más la Junta de Andalucía y el Gobierno de España «sigan careciendo de planes eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que reduzcan los elevados niveles de ozono».
«Transcurridos nueve meses desde el fin del plazo para que los municipios de más de 50.000 habitantes establecieran zonas de bajas emisiones para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, sólo Córdoba, La Línea y Sevilla habrían cumplido formalmente esta obligación legal, pese a los fondos públicos que están recibiendo para su implantación», denuncia Ecologistas en Acción, que pide a las autoridades locales que «prioricen la salud de sus vecinos».