El 40% de los trabajadores tiene pensado abandonar su puesto de trabajo en los próximos seis meses, según una encuesta elaborada por McKinsey & Company entre más de 13.000 trabajadores de todo el mundo, en la que se constata la existencia de un «descontento laboral generalizado a nivel global».
El estudio analiza las causas que impulsan a los trabajadores a abandonar su puesto de trabajo y se identifican cinco potenciales perfiles profesionales hacia los que los empleadores pueden enfocar sus estrategias para atraer y retener talento a largo plazo.
La consultora advierte en su informe de que la escasez de trabajadores necesarios para cubrir las vacantes de empleo es cada vez mayor y de que el número de profesionales dispuestos a abandonar su puesto de trabajo va en aumento, principalmente a causa de una remuneración inadecuada y la falta de promoción profesional.
«Estamos ante un momento en el que el número de ofertas de trabajo está muy por encima de la cantidad de profesionales capaces de satisfacerla. La pandemia ha provocado que las personas reflexionen acerca de su manera de vivir y trabajar, por lo que las prioridades a la hora de permanecer o elegir un trabajo ya no son las mismas», explica Gloria Macías-Lizaso, socia de McKinsey & Company.
«FUGAS DE TALENTO» ENTRE SECTORES
Según Macías-Lizaso, «la magnitud del descontento laboral que se ha gestado en los dos últimos años» ha sido tan grande que las personas se encuentran ante la necesidad de realizar un cambio radical en su vida profesional, lo que ha provocado «importantes fugas de talento en varios sectores de la economía».
Así, de acuerdo con los resultados de este estudio, casi la mitad de los profesionales que abandonaron su puesto de trabajo en los dos últimos años se trasladaron a una industria diferente y dos de cada tres no ha vuelto a trabajar en el mismo sector.
La industria más afectada por este «éxodo» de profesionales ha sido la de consumo y retail, con un 76% de trabajadores que abandonaron el sector, seguido por el sector público (72%) y el de finanzas y seguros (65%).
Para hacer frente a esta creciente ‘deserción’ laboral, McKinsey ha destacado cinco potenciales perfiles profesionales hacia los que los empleadores pueden enfocar su estrategia para garantizar la atracción y retención de talento a largo plazo: los tradicionales; los autodidactas; los cuidadores; los idealistas, y los relajados.
Los tradicionales, explica la consultora, son personas orientadas a desarrollar una carrera profesional que otorgue un determinado estatus social y cuyos ámbitos de preocupación se centran en el equilibrio entre la vida laboral y la personal. Según la encuesta, el 60% de las personas que integran este grupo no han abandonado su puesto de trabajo en los últimos dos años.
Los autodidactas, por su lado, ponen el foco principalmente en aspectos como la flexibilidad, el trabajo significativo y la remuneración, mientras que los cuidadores tienen como motivación principal la compensación (flexibilidad laboral, conciliación, apoyo a la salud y bienestar de los empleados y desarrollo profesional).
Según McKinsey, para los idealistas, principalmente jóvenes, la remuneración es uno de los factores laborales con menor relevancia. Este tipo de profesionales otorgan especial valor a aspectos como la flexibilidad, la carrera profesional y el propósito laboral, por lo que se preocupan más por la pertenencia a una compañía inclusiva y acogedora.
El último perfil identificado por la consultora corresponde a los trabajadores que denomina «relajados»: personas jubiladas o que no buscan trabajo, pero cuya reinserción laboral está principalmente motivada por un conjunto de condiciones que van más allá de las propuestas tradicionales. Así, una de las características más atractivas para este grupo de personas podría ser un salario elevado o la realización de un trabajo significativo.
«Adaptarse a las circunstancias venideras es una de las mejores estrategias que las personas y las empresas pueden adoptar para hacer frente al futuro. Además, la vida ha cambiado drásticamente en estos dos últimos años, por lo que escuchar qué necesitan las personas es más importante que nunca», concluye la socia de McKinsey.